Un informe de la Fundación Rosa Luxemburgo analiza las relaciones entre los grupos ultraderechistas que forman el movimiento antifeminista en España y los discursos que utilizan

Una pancarta, durante la manifestación del 8M en Plaza de España, Madrid.- JAIRO VARGAS
Beatriz Asuar Gallego, Público, 25 de noviembre de 2020
El feminismo se alzó como un dique de contención ante el avance de la extrema derecha en España. Se apeló a esto porque tiene un potencial transformador no sólo para las condiciones de vida de las mujeres, sino sobre toda sociedad. Las últimas manifestaciones del 8-M y del 25-N llenaron las calles de ciudades de todo el país de mujeres y hombres contra las desigualdades y la violencia de género. Luchando contra el patriarcado, pero también defendiendo consensos y reclamando más avances y derechos. Pero este impulso generó una reacción que se ha ido haciendo más fuerte gracias a alianzas de los grupos más conservadores y neoliberales.
Las guerras de género: la extrema derecha contra el feminismo es un capítulo del informe elaborado por la Fundación Rosa Luxemburgo sobre la extrema derecha en España que aborda estas alianzas y la estrategia de la ultraderecha. El informe se publicará a principios de 2021 y lo ha coordinado el periodista Miquel Ramos. La periodista y doctora en Antropología Nuria Alabao ha sido la encargada de la parte de la que trata este artículo. “A veces el género se trata como si fuera algo accesorio a la ideología o se dice que se utiliza como cortina de humo para ocultar cuestiones más importantes como las materiales o económicas, pero no es así. Las cuestiones de género son profundamente materiales, tienen consecuencias directas en la vida de las personas y son centrales para la ultraderecha“, comenta la autora a Público sobre el trabajo realizado.
En el último período electoral en España, desde las elecciones andaluzas hasta las pasadas generales, Vox estuvo en el foco mediático. En diciembre de 2018 el partido de extrema derecha entraba por primera vez en un parlamento y, con ello, todo el movimiento reaccionario comenzaba a ganar terreno. La victoria de Vox no fue de Santiago Abascal. Había lazos tejidos desde hace muchos años que favorecieron un marco en el que destacó especialmente la guerra al feminismo. El gran logro fue que consiguieron ponerse en primera línea, alineándose con las extremas derechas más reaccionarias del planeta y con fundamentalismos religiosos, agitando consensos y lanzando propuestas que suponen un retroceso respecto a los derechos de las mujeres y personas LGTBI. Lee el resto de esta entrada »