Javier Sádaba, Público, 25 de febrero de 2021
La Bioética es una rama de la Ética que ha tenido una fuerte y compleja evolución en los últimos años. Sin ánimo de hacer un viaje desde sus comienzos, como disciplina autónoma, en los años setenta, me detendré en algunos de sus los aspectos más relevantes. En primer lugar, y tratando de completar el tronco de la Ética, los grandes avances tecnológicos rozan los límites de la vida y la muerte. Y sus posibles aplicaciones asustan o entusiasman ante una hipotética redefinición del hombre y del proceso evolutivo. Ya no se trata solo del aborto o la eutanasia, presentes desde antiguo, sino de la clonación parcial e incluso total, la investigación con embriones, el uso de las células madre en toda su extensión o el conocimiento cada vez más exhaustivo de la Genética y la Epigenética. En un paso de gigante llegaríamos, en manos de los algoritmos, a la ansiada, entre otros por el poder económico, a la Inteligencia Artificial, Superinteligencia o Singularidad. Y por medio, la edición genética, descubrimiento medio español, merecedor del Premio Nobel. Se podrían insertar partes de un genoma en otro distinto dando lugar a una hibridación hasta ahora desconocida.
De lo expuesto se deduce que quien se dedique a la Bioética ha de saber de ciencia, concretamente de biología, e interesarse por el funcionamiento de la salud tanto en las obligaciones políticas como en la relación médico y paciente. Es una pena que casi todo se ha reducido a esta última parte. Interesante como es, no es de recibo que se reduzca la Bioética a cuatro supuestos y arbitrarios principios de uso clínico sin conocer la base científica antes mentada. Muchos se han aprovechado de dicho estrechamiento bioético. Así, cualquiera puede dar clases de bioética, no necesita estudiar mucho y fácilmente se aliará con los profesionales de la medicina más inclinados al espíritu que a la materia. Read the rest of this entry »