Sintonía Laica : Programa radiofónico sostenido y producido por la asociación Europa Laica que se emite el último jueves de cada mes desde Radiópolis 92.3 FM Sevilla y http://www.radiopolis.org, y que ofrece, desde una perspectiva laicista, información y análisis de la actualidad, así como difusión de los valores y principios de la laicidad.
En el programa de hoy, Antonio Gómez Movellán en el editorial habla sobre la influencia de la iglesia católica en Europa; se entrevista al presidente de Europa Laica, Juanjo Picó, a propósito de la rueda de prensa de Europa Laica; Movellán entrevista a Margot Litten, periodista independiente que nos habla sobre sus reportajes del Opus Dei. Y como siempre, también participa Asunción Villaverde hablando sobre el derecho al aborto.
Este informe, elaborado por el socio de Europa Laica Enrique Ruiz, como viene haciendo todos los años con las Memorias respectivas, viene a poner a lo claro y desmontar todo el ocultismo, incoherencias, ausencia de datos y falta de transparencia, sino simple publicidad eclesial y cortinas de humo, con que la Conferencia Episcopal no-justifica el destino de la Asignación Tributaria del IRPF a lo que está obligada a hacer.
La Iglesia católica ni cumple su compromiso de autofinanciación, ni el Estado y los gobiernos de turno se lo exigen ni tampoco sobre la necesaria y clara justificación de los dineros públicos que recibe por razón del IRPF en los Acuerdos de 1979.
Diferentes sentencias dicen que las reservas religiosas les autorizan a abstenerse de practicarlo, pero están obligados a prestar asistencia a las mujeres antes y después de la intervención.
El conflicto jurídico entre el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo y el de los profesionales sanitarios a objetar está presente en los tribunales desde los años 80. Aunque la objeción de conciencia ligada al aborto no está explícitamente prevista en la Carta Magna como un derecho fundamental, el Tribunal Constitucional ha dicho que forma parte del contenido de la libertad ideológica y religiosa, que sí tienen esa consideración. Ahora bien, ni es un derecho absoluto ni debe primar sobre la atención médica a las mujeres antes y después de haberse sometido a la intervención.
Actualmente, es la ley de salud sexual y reproductiva de 2010 la que reconoce expresamente el derecho de los “profesionales sanitarios directamente implicados en la interrupción voluntaria del embarazo” a objetar. Pero ”sin que el acceso y la calidad asistencial de la prestación puedan resultar menoscabadas”. Es más, la legislación no los ampara para que se abstengan del cumplimiento de sus deberes legales de información previa y atención postquirúrgica. Y establece que la negativa a la práctica debe “manifestarse anticipadamente y por escrito”. Así consta en el artículo 19.2 de la ley.
‘Benedetta’, que llega hoy a los cines, es el último ejemplo de película que mezcla elementos sagrados con escenas tan controvertidas que provoca conatos de boicots (y, a veces, logra éxito)
Benedetta, la última película del neerlandés Paul Verhoeven, trae imágenes que parecen de otra época, de cuando el cine conservaba intactas su pujanza cultural y su capacidad para generar controversia. El pasado 26 de septiembre, un grupo de alrededor de 20 personas, hombres en su mayoría, presumiblemente católicos, protestaba contra el pase de la película en el Lincoln Center de Manhattan, en la segunda jornada del Festival de Cine de Nueva York. Los manifestantes se presentaron como miembros de la hasta ahora inédita asociación cultural America Needs Fatima y blandían pancartas en que se tildaba a la película de “insultante” y “blasfema”, un “ultraje” a la memoria de Jesucristo y la Virgen María.
La imagen de un pequeño comando de rigoristas de vía estrecha pidiendo que se prohíba el estreno de una película en una soleada mañana de otoño de 2021 ha sido compartida en redes por la cuenta oficial del festival neoyorquino. Algunos escépticos consideran que tan modesto, desangelado y, sobre todo, anacrónico intento de boicot pudo ser más bien un montaje publicitario. Nada que ver, en cualquier caso, con las campañas de rechazo masivo, los actos de violencia y los piquetes multitudinarios con que tuvieron que lidiar en su día estas otras películas consideradas sacrílegas o contrarias a la religión cristiana.