Homenaje a José Maldonado 2022

febrero 12, 2022

Cuando se cumplen 37 años de su muerte el Gobierno del Principado organizó un acto de homenaje al último presidente de la República en el exilio el tinense José Maldonado. Por la tarde tendrían lugar los actos organizados por el Ateneo Republicano de Asturias.

12 de febrero de 2022

37 años después de su muerte, el Gobierno de Asturias con la participación de los alcaldes de Salas y Tineo, y de asociaciones memorialistas (Fundación José Maldonado y Ateneo Republicano de Asturias), honró a Maldonado, el último presidente en el exilio de la Segunda República.

El homenaje, previsto para celebrarse en el interior del cementerio (de ahí que se limitara la asistencia a dos personas por organización), tuvo que hacerse en el exterior ante la negativa del arzobispo a que se hiciera en el mismo cementerio al que únicamente permitió acceso para la ofrenda floral.

Allí, a la entrada se congregaron medio centenar de personas en un acto en el que estuvieron bien presentes símbolos y banderas republicanas, también la placa que en el homenaje de ARA en 2017 el arzobispo impidió colocar el los muros del cementerio.

La consejera de Presidencia, Rita Camblor, participó, en representación del Gobierno del Principado, en el cementerio de La Espina (Salas) en el homenaje al último presidente del Gobierno de la República en el exilio. Durante el acto entregó placas conmemorativas al presidente de la Fundación José Maldonado, Pedro Vila, al presidente del Ateneo Republicano de Asturias, Alejandro Villa, al alcalde de Tineo (concejo natal de José Maldonado), José Ramón Feito, y a un portavoz de la familia, José Antonio González.

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Desde Lugo hasta Córdoba: los abusos de religiosos por los que la Iglesia no ha pagado

febrero 12, 2022

Más de 20 sentencias dictadas desde 2010 reflejan cómo la Iglesia o las órdenes religiosas para las que trabajaban los pederastas condenados no han sido declaradas responsables civiles: en seis casos sí lo han sido, sobre todo cuando los culpables eran profesores en colegios religiosos

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Alberto Pozas, AMAL / El Diario, 12 de febrero de 2022

La Iglesia no suele ser condenada a pagar por los abusos de su religiosos. Tal y como explicó elDiario.es, es extraño que un juicio por delitos sexuales contra un sacerdote, un párroco o catequista termine no sólo en una condena para él sino también en la declaración de responsabilidad civil de la diócesis o la orden para la que trabajaba. Hay muchos motivos, que van desde la relación laboral que une a la Iglesia con sus religiosos hasta el hecho de que, en la mayor parte de los casos, ni siquiera es algo que suela plantearse por parte de las acusaciones, la Fiscalía o la defensa. Estos son algunos casos sentenciados desde 2010 hasta la actualidad en nuestro país en los que la institución no ha sido mencionada en los fallos judiciales. La Fiscalía abre una investigación por los abusos sexuales en La Salle de Premià, el colegio de Alejandro Palomas

Cuando la iglesia no es declarada responsable civil

El párroco de Mengabril

El Tribunal Supremo confirmó en 2019 la condena de 17 años y medio de cárcel que los tribunales extremeños habían impuesto al párroco de la localidad de Mengabril por abusar del hijo de 12 años de un matrimonio a quien acogía en su parroquia entre 2013 y 2014, entre otros delitos. También intentó hacer lo mismo con otro menor, les mandó mensajes durante la investigación y falsificó documentación. La sentencia le obligó a indemnizar a dos víctimas con 60.000 euros y la Audiencia Provincial rechazó la petición de la acusación de que la diócesis de Plasencia y el obispado fueran considerados responsables civiles subsidiarios. La razón es que se había planteado de forma extemporánea y errónea.

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El Me Too de la pederastia en la Iglesia: empiezan a aflorar testimonios de personajes públicos

febrero 12, 2022

Cada vez más personas dan el paso motivadas por el relato de otras víctimas. “Esta ola de casos me ha empujado. Nunca me habría atrevido”, cuenta el periodista José Antonio Martínez Soler

El periodista José Antonio Martínez Soler, víctima de abusos cuando era menor en Almería, este viernes en su casa de Villanueva de la Cañada (Madrid) / Olmo Calvo

Fuentes: El País (Emilio Sánchez Hidalgo), Cadena SER (A vivir que son dos días), 12 de febrero de 2022

Muchas de las víctimas de la pederastia en la Iglesia no tenían manera de saber si lo que sufrieron de niños eran episodios puntuales o parte de un patrón repetido en colegios y parroquias de España. Compartir momentos tan dolorosos es dificilísimo. Han comprendido que el escenario era el segundo, que no pasaba solo en su colegio, cuando muchas de estas víctimas han contado sus historias, como las 251 que EL PAÍS ha recopilado en los últimos años y que han motivado que el Vaticano abra una investigación. Esos relatos empujan a otras personas en la misma situación, una ola que ha tomado fuerza en las últimas semanas y que recuerda al Me Too, el grito feminista que quebró en 2017 el silencio en torno a las agresiones, el abuso y el acoso sexual a mujeres cometido por hombres en posición de poder.

“Tenía ocho o nueve años [en 1955 o 1956] y llevaba poco tiempo en el colegio. Yo confiaba en él”, contaba esta semana en La Voz de Almería el periodista José Antonio Martínez Soler, sobre lo que le sucedió en el colegio La Salle de Almería. El párroco que abusó de él era el hermano José. “Conmigo se mostraba simpático y generoso. Me daba caramelos y vales de buen comportamiento para mejorar mis notas o aliviar los castigos. En un momento, pasó de acariciarme el cuello y la cara a mis muslos. Yo vestía pantalón corto. Enrojecí de vergüenza y de impotencia. Me quedé paralizado. Él apestaba a sudor seco. Su respiración se aceleraba. No pude o no supe reaccionar hasta que me abrazó e intentó acariciarme el pito. O sea, hacerme una paja. Llegó a tocarlo. Aturdido, salté de sus rodillas, a punto estuve de caerme rodando por el suelo, y salí corriendo, espantado, de aquel despacho/mazmorra”.

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