Con el derecho de voto reconocido a ciudadanos de países con convenio de reciprocidad, fundamentalmente latinos, este electorado se ha convertido en objeto de deseo de los partidos políticos, pese a la contradicción que supone para algunos casarlo con su agenda antiinmigración
Celebración ecuménica de la comunidad Camino de Vida. En la Región de Murcia ya existen oficialmente 110 iglesias evangélicas | Ángel Cantero ______________________
En un templo discreto del barrio murciano de El Carmen, un pastor de origen hondureño levanta la voz mientras decenas de fieles cierran los ojos y levantan las manos hacia el cielo. Afuera, la tarde otoñal cae sobre una ciudad que, como toda la región, ha cambiado silenciosamente en la última década: hoy, uno de cada cinco habitantes de origen extranjero en la Región de Murcia procede de América Latina, y una parte creciente de ellos se define como evangélica. Según el Registro de entidades religiosas del Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, en esta comunidad autónoma ya hay registradas 110 iglesias evangélicas.
Así que, lo que antes era solo un fenómeno espiritual, empieza a tener una traducción política. Y los partidos lo saben. En España, solo una parte de la población extranjera puede votar en las elecciones municipales. Lo permite la Constitución, pero lo concreta un sistema de convenios de reciprocidad con países que garantizan el mismo derecho a los españoles. En la práctica, eso incluye a Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago y Cabo Verde, además de los países de la Unión Europea.
Antes de que se me cascara la tele, mi placer culpable era hacer maratones de Mujeres asesinas, una serie de true crime que en su inglés original se titula Snapped –que yo hubiera traducido como Hasta las narices-, y que en su versión en castellano se optó por un título que iba directo al spoiler. Y digo que era un placer culpable porque la serie era -y sigue siendo- un despropósito amarillista y morboso que recurría a reconstrucciones cutres y que exageraba y distorsionaba el papel de las mujeres en estas lides de asesinar, cuando en realidad el noventa por cierto de los asesinatos son cometidos por hombres. Pero nadie se puede resistir a una femme fatale, aunque esta sea una señora de mediana edad del Medio Oeste que hace la compra en Wallmart con mallas negras y camiseta XL.
Así que es entendible que cayera rendida a sus pies, aunque lo que más me atraía era el hecho de que desde el principio me pareció un ensayo sociológico valiosísimo con el que poder trazar con precisión casi milimétrica la involución de una parte de la sociedad norteamericana en su lento pero imparable camino hacia los brazos del trumpismo y el movimiento-secta MAGA.
Llamar ideología de género a la lucha por la igualdad es como llamar ideología de raza al rechazo del racismo
Yadira Maestre, durante su intervención en un acto del PP | Fuente (foto cedida) ______________________
Enrique del Teso, Nortes, 27 de septiembre de 2025
Cuando se juntan, dan lo peor de sí mismos. Ninguna versión de Dios es buena cuando se enreda con la patria. Ninguna versión de la patria es buena cuando va envuelta en Dios. Lo de Dios y la cruz depende siempre del contexto. Los boomers nos criamos en el nacional catolicismo y había una cruz en las aulas y muchos otros sitios. Era un telón de fondo, un ruido ambiental que llega a no oírse de tan persistente. La infancia de cada uno es de cada uno, es su territorio de inocencia, juegos y asombro. Es difícil que no tenga algo de entrañable todo lo que agite los hilos de la memoria de la infancia. Hasta las fotos de los setenta de las calles insalubres llenas de charcos en los que chapoteábamos nos ponen una sonrisa dulce. También la cruz y las peroratas sobre Dios. Y los que nos criamos en barrios obreros con parroquias con fuerte acento social vimos muchas veces la cruz en espacios y actos muy sentidos. Todo es cosa de contexto.
La misma cruz, cuando la usaba la niña de El exorcista para masturbarse, mientras daba a vuelta a su cabeza demacrada y hablaba con aquella voz cavernosa y antinatural («¿has visto lo que hace la cerda de tu hija?») era literalmente un instrumento del infierno evocador de pesadillas. La cruz que vemos en las recreaciones cinematográficas del Ku Klux Klan era la señal del odio racial descerebrado. Lo de Dios y la cruz siempre es cosa del contexto. Cuando Trump dice que tenemos que devolver a Dios a EEUU, Dios vuelve a ser el mismísimo diablo.
La fe evangélica mueve montañas en Madrid. Al menos, esto es lo que revelan los últimos datos. En la región se abre un templo cada cuatro días desde hace cinco años, según el Directorio del Observatorio del Pluralismo Religioso.
Todos los lunes, a las nueve de la noche, 25 evangélicos latinoamericanos se conectan por videollamada en un grupo de WhatsApp para rezar pasajes de la Biblia. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar y limpiarnos de toda maldad. Juan 1:9”, se lee en el chat apenas acaba la hora de oración. El organizador es el pastor Freddy junto a su esposa, Julia Esparza. Ambos han preparado un evento llamado Sanidad y Milagros que se ha celebrado este sábado, organizado por su iglesia Destellos de Gloria Global, con la presencia del apóstol Jorge Díaz, llegado desde Colombia supuestamente para curar a los fieles. Freddy comparte solo la ubicación del templo, en el barrio del Pilar, y avisa de que alguien saldrá a recibir a los recién llegados. “Si tiene alguien enfermo, tráigalo también”, dice por teléfono.
Nos adentramos en la organización religiosa más influyente de Washington con Jeff Sharlet autor de ‘La Familia’
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Pablo_Morán-L. Riera, Cadena SER, 21 de agosto de 2025
Se ven a sí mismos como los elegidos de Dios en el mundo para librar una guerra espiritual y mueven millones de dólares a través de corporaciones libres de impuestos. ‘The Fellowship’, también conocidos como ‘La Familia’, son la organización cristiana más antigua, influyente y políticamente comprometida de Estados Unidos. Hay congresistas de ambos partidos que están bajo su paraguas, pero sus tentáculos son globales porque su objetivo último es imponer un capitalismo bíblico en el planeta.
Su equivalente español podría ser el Opus Dei en una versión evangélica protestante. El paralelismo lo pone Jeff Sharlet, autor del libro ‘La Familia. Las raíces invisibles del fundamentalismo en Estados Unidos’ que inspiró la serie de Netflix. “Lo que la diferencia del resto de grandes organizaciones cristianas de derechas es que no buscan publicidad. No tratan de salvar a las masas. Tienen una idea teológica particular que busca convertir a quienes llaman hombres clave, a la élite, a personas que ellos creen que pueden desarrollar la sociedad que tienen como ideal. Y el resto, nosotros, podremos vivir en ella sin más”, añade.
El Tercer Comando Puro de Río de Janeiro es una de las principales organizaciones criminales del país y una de las más grandes de Sudamérica. Sus vínculos con la iglesia evangélica y la ultraderecha brasileña
Leandro Álvarez de Lorenzo, Diario Red, 10 de agosto de 2025
Nacidos en los años ‘80 en la populosa Río de Janeiro, el Tercer Comando Puro (TCP) es el primer grupo de narcotraficantes abiertamente evangélico pentecostal. Se formaron como una escisión del Comando Vermelho (CV) que hoy por hoy actúa en tándem con el principal grupo de narcotraficantes del país, los paulistas del Primer Comando de la Capital (PCC).
Tras una división interna con el grupo de narcotraficantes más grande de la ciudad carioca, el TCP logró disputar el dominio en favelas como Morro dos Macacos y el Complejo de Israel, que incluye comunidades como Parada de Lucas, Cidade Alta, Pica-Pau, Cinco Bocas y Quitungo. Las grandes disputas entre el CV y el TCP generaron una escalada de violencia en Río en los últimos años, que incluyeron secuestros, quemas de automóviles, cierres de escuelas y centros médicos y tiroteos como el ocurrido en agosto de 2024.
Javier Milei asegura profesar vocacionalmente la fe del judaísmo. Suele invocar las «fuerzas del cielo» señaladas en el libro de los Macabeos, capítulo 3, versículo 19, como protectoras del Gobierno de ultraderecha de Argentina. Pero a la hora de ampliar el espectro de adhesiones de cara a los decisivos comicios parlamentarios de octubre, el anarco capitalista busca nutrirse del movimiento evangelista pentecostal para sellar alianzas como las que sostuvo Jair Bolsonaro en Brasil con los influyentes pastores o establecer vínculos políticos con sus iglesias al estilo de Donald Trump.
Milei participó la semana pasada de la inauguración en la norteña provincia de Chaco del Portal del Cielo, un mega templo con capacidad para 15.000 personas. El presidente no hizo más que reflotar ante su auditorio una pelea imaginaria con el extinto papa Francisco que, pasado el instante de recogimiento protocolar, se permite radicalizar. El extertuliano televisivo dijo que «el Estado es la representación del Maligno en la Tierra» y que «la justicia social no es ni más ni menos que envidia con retórica, es decir, es la envidia disfrazada de algo bien pensante, pero no deja de ser un pecado capital»
El ascenso en el círculo del presidente de la telepredicadora Paula White encumbra una corriente religiosa que vincula la fe con el éxito económico
La pastora Paula White es desde febrero directora de la Oficina de la Fe de la Casa Blanca. La foto es durante un acto, Evangélicos por Trump, en Raleigh, Carolina del Norte, en octubre de 2020 / Bob Karp (ZUMA Wire / Alamy / Cordon Press) ____________________
La escena fue estrafalaria incluso para los estándares del excéntrico universo trumpista. Acababan de celebrarse las presidenciales de 2020. El recuento ya apuntaba al triunfo de Joe Biden y Donald Trump empezaba a denunciar fraude. En Florida, un grupo de fieles republicanos se reunieron para rezar por su líder. Por el ambiente, más parecía que lo hacían por su mesías. Tomó la palabra una mujer de cabello rubio y gafas caídas casi hasta la punta de la nariz. Mejillas arreboladas, al borde del trance, se enzarzó en unas letanías sobre “el Señor”, “los rincones del cielo” y la “confederación demoniaca” que quería robar las elecciones. Luego empezó a hablar en un idioma ignoto, como si la divinidad la hubiese dotado de don de lenguas. Parecía poseída. Lanzó una advertencia: una legión de “ángeles” viene de camino para ofrecer refuerzo celestial a Trump.
El vídeo se viralizó, claro. Y a los pocos días se olvidó. Así es el trumpismo: un histrión pronto es eclipsado por el siguiente. ¿Quién podía pensar que aquella exaltada merecía mayor atención? Pero la merecía.
La periodista lanza ‘En el nombre de Cristo, el poder evangélico en Chile’ (Debate), donde aborda el trabajo que realizan en terreno y en los medios de comunicación
María Olivia Mönckeberg, periodista chilena, en su casa en Santiago, Chile, el 5 de Junio de 2025 / Sofia Yanjari _____________________
La Premio Nacional de Periodismo, María Olivia Mönckeberg (81 años, Santiago), autora de libros como El Imperio del Opus Dei en Chile y Karadima, el señor de los infiernos, sobre el sacerdote símbolo de los abusos sexuales en la Iglesia Católica chilena, lanza este miércoles En el nombre de Cristo, el poder evangélico en Chile (Debate). Tras una profunda investigación de años, ahonda en las creencias y prácticas de una religión con la que se identifica un 18% de la población, más de tres millones. Lo publica en un año electoral, donde el Partido Social Cristiano, una formación ultraconservadora vinculada a las iglesias evangélicas, lleva como candidata presidencial a la diputada Francesca Muñoz.
En el living de su casa en Las Condes, en el sector oriente de la capital, la autora comenta que le impresionó mucho que en las elecciones de 2021, los pastores de las iglesias evangélicas pentecostales -cerca del 80% del total- llamaban a los feligreses, particularmente en la región del Bíobio, a votar por el republicano José Antonio Kast, de la ultraderecha. Sobre lo que ocurrirá en noviembre, señala con cautela que es “una noticia en desarrollo”.
Los evangélicos ganan terreno en Brasil y representan ya el 26.9 % de la población, mientras que el catolicismo retrocede a mínimos, aunque se mantiene como la religión mayoritaria del país (56.7 %), según un informe divulgado este viernes por el Gobierno.
El contingente de seguidores de las diferentes corrientes evangélicas avanzó 5.2 puntos entre 2010 y 2022, según los datos del último censo realizado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Ese crecimiento se produjo principalmente a costa de los feligreses católicos, que en los últimos doce años pasaron de ser el 65.1 % de la población al 56.7 %.
En número absolutos, en 2022 había unos 100 millones de católicos y cerca de 50 millones de evangélicos en el país suramericano, cuya población ronda los 213 millones de habitantes.