Aitzol Altuna Enzunza

La inmatriculación de la Catedral del Buen Pastor fue solicitada por el Obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla en el año 2012 y él mismo hizo de notario público, gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria de 1998, registrando la Iglesia Católica la propiedad del edificio y del suelo.
Aitzol Altuna Enzunza, lehoinabarra.blogspot.com, 20 de marzo de 2021
La inmatriculación de la Catedral del Buen Pastor fue solicitada por el Obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla en el año 2012 y él mismo hizo de notario público, gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria de 1998,registrando la Iglesia Católica la propiedad del edificio y del suelo. Sin embargo: “Iglesia y Ayuntamiento firmaron en 1887 un acuerdo por el cual el Consistorio cedía un terreno al Obispado para que este pudiese construir una iglesia. En el acuerdo quedaba claro que el terreno es municipal y que, en el supuesto de que la Iglesia abandonase el uso, volvería a ser propiedad del Ayuntamiento”
Punto primero de la nota publicada el 22-01-2016 por el Obispado de Bilbao con el título: “Sobre las inmatriculaciones de la Iglesia en Bizkaia” (primera inscripción en el registro de la propiedad de una finca):
1.- La propiedad de los bienes. Al igual que el resto de personas físicas y jurídicas, la Iglesia tiene derecho a registrar los bienes de los que es propietaria. La inscripción en el registro tiene carácter voluntario y no convierte en propietario al titular del bien registrado: “Inscribo porque soy propietario, no me convierto en propietario porque inscriba (…). La Iglesia no se está apropiando de nada que no sea de su propiedad”.
La página web de la “Iglesia Navarra, arzobispo de Pamplona y Tudela”, da una explicación de los hechos históricos: “Durante siglos, el Pueblo de Dios fue construyendo lugares de culto, templos, parroquias o basílicas (…). Entonces no se cuestionaba la propiedad de los templos, los edificios y las tierras (primera mentira). Parecía evidente a quién pertenecía la catedral de Burgos, el monasterio de Montserrat o una pequeña ermita “perdida” de cualquier pueblo de España (segunda mentira).
(…) La Iglesia ha inmatriculado los bienes que durante siglos el pueblo “católico” ha construido y confiado a la Iglesia para que ésta pudiera realizar su labor (tercera mentira): el anuncio del Evangelio (apostolado), la celebración de la fe (culto) y el ejercicio de la caridad (servicio). Los bienes de la Iglesia se destinan precisamente a estos fines. Ha inmatriculado (la Iglesia Católica) también otros bienes recibidos a través de legados y herencias, que han sido destinados, de un modo u otro a los mismos fines (cuarta mentira).Para inmatricular un bien en el Registro de la Propiedad es necesario acreditar el título de propiedad, o bien realizar un expediente de dominio, o bien mediante certificación (quinta mentira o media verdad).
Así lo han podido hacer las instituciones de la Iglesia hasta el año 2015, con aquellos bienes que posee y mantiene desde tiempo inmemorial (sexta mentira y…sigue la web)…
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