Aznar generó el alineamiento perfecto para que la Iglesia se lanzara al ataque e inscribiera a troche y moche todo lo que por su propia naturaleza cualquier persona con sentido común habría supuesto inseparable del patrimonio del Estado

José María Portillo
José María Portillo, Crónica Vasca, 7 de marzo de 2021
Todos hemos puesto alguna vez cara de incredulidad cuando hemos leído u oído del tipo ese al que le vendieron la estatua de la libertad. Pues ya pueden ir corrigiendo el gesto porque es rigurosamente cierto. No la estatua de la libertad porque cae a desmano jurisdiccionalmente, pero sí la mezquita de Córdoba o la catedral de Sevilla, y así miles de ítems del patrimonio cultural español. El Gobierno ha remitido recientemente a las Cortes el informe que le solicitó a iniciativa del grupo socialista para conocer las dimensiones del roto que la reforma promovida por José María Aznar en 1998 del Reglamento Hipotecario ha hecho al legado cultural español. Son colosales: como si no hubiera un mañana, la iglesia católica ha realizado más de 30.000 inmatriculaciones en 22 años, casi cuatro diarias.
Aquel 4 de septiembre de 1998 en los cuarteles centrales de la iglesia romana en España no debían caber en sí de gozo. Aznar les estaba abriendo de par en par las puertas del Registro de la Propiedad y lo hacía dando la vuelta al calcetín: “se suprime por inconstitucional la prohibición de inscripción de los templos destinados al culto católico”. Como decía su preámbulo, venía a corregir una anomalía constitucional, como era el hecho de que la católica fuera la única iglesia que no podía registrar como propiedad suya los lugares de culto. Se cuidaba mucho de corregir otra anomalía constitucional que ahí ha estado hasta 2015, ni más ni menos: el artículo 206 de la ley Hipotecaria de 1946. Read the rest of this entry »