Lo que era voluntarismo puro en tiempos de Azaña –España ha dejado de ser católica— parece ser hoy día una realidad. ¿Lo es?

Portada del diario El Sol, el 14 de octubre de 1931, donde se recoge el discurso de Azaña “España ha dejado de ser católica”.
Pablo Heras Alonso, Religión Digital, 6 de marzo de 2021
En modo alguno: España es, en muchos aspectos, confesional; aunque en otros es laica en su casi totalidad. Vive en la contradicción o en la esquizofrenia: la inmensa mayoría se sigue considerando católica, pero sin sentirse obligada a pensar ni tampoco actuar en consecuencia.
Desde luego ya no es un país practicante. En números absolutos y también relativos, en cantidad y calidad. Los porcentajes de aceptación de los postulados religiosos y de cumplimiento dominical caen de año en año, según confirman encuestas como las del CIS o el Eurobarómetro. La práctica religiosa se mantiene, sin subir, en poblaciones envejecidas; entre el elemento femenino; en pueblos pequeños y entre personas de escasa instrucción. Cae drásticamente en poblaciones urbanas de más de 10.000 habitantes, entre la población joven o madura y en las capas de individuos con educación media y superior.
Sintomático es el hecho de los matrimonios. Pocos son ya los que se casan “por la Iglesia”. Asimismo, aquello de llegar puros y castos al matrimonio pasó a ser leyenda. Aumentan las parejas que inician su convivencia en común sin haber pasado por las horcas caudinas de la regulación, ni siquiera civil.
Y sin embargo el porcentaje de quienes afirman ser agnósticos y ateos es pequeño. Son muchos los que quieren para sus hijos una “cierta” enseñanza religiosa. Pasan por el aro en cuanto a impartición de catequesis para sus hijos. En el Sur, el adscribirse a cofradías, sacar pasos de procesión, apuntarse a romerías es tenido como tinte de gloria, con el tópico de “esto hay que vivirlo, no es para ser contado”. Esquizofrenia práctica. Es un hecho que “España no sabe dónde está”.
Pero volvemos a lo que presupone ser creyente –aceptación de una doctrina y praxis—. Si somos consecuentes, preciso es afirmar que España ha dejado de ser católica. Read the rest of this entry »