Un acuerdo del consejo de ministros del año 2007, cuando Zapatero era presidente, dio carta de naturaleza al pacto de 1979 del Estado con El Vaticano que habilita como “voluntaria” la enseñanza de la doctrina católica en la enseñanza de magisterio y permite a la Iglesia colocar a párrocos como profesores universitarios

Edificio del Rectorado de la Universidad de Sevilla, en la antigua Fábrica de Tabacos. JESÚS MORÓN
Raúl Bocanegra, Público, 28 de octubre de 2018
Al menos 32 universidades públicas españolas ofertan asignaturas de doctrina católica a sus estudiantes del grado de educación primaria, o bien como materias optativas o bien como suplemento al título, según ha podido comprobar Público tras rastrear los planes de estudio de la carrera de magisterio en todas las universidades públicas del país, que son 50 (de ellas, siete no ofrecen el grado, otras ocho no dan información suficiente sobre las materias optativas, y de las 35 restantes, solo tres dejan fuera la enseñanza de la fe católica). Las clases las imparten en numerosos casos sacerdotes y párrocos seleccionados por el obispado y arzobispado correspondiente, a quienes las respectivas universidades contratan -y les pagan su salario-.
Dos acuerdos, uno entre el Estado y El Vaticano de 3 de enero de 1979 y otro posterior del consejo de ministros de 14 de diciembre de 2007, cuando José Luis Rodríguez Zapatero era presidente del Gobierno y Mercedes Cabrera ministra de Educación y Ciencia, permiten que la religión -la teología católica- ocupe así un espacio en un lugar destinado a la “creación, desarrollo, transmisión y crítica de la ciencia, la técnica y la cultura”, a la “preparación para el ejercicio de actividades profesionales que exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos y para la creación artística”, y a “la difusión, la valorización y la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de vida, y del desarrollo económico”, según recoge la Ley Orgánica de Universidades.
El acuerdo de 1979, firmado por Marcelino Oreja, ministro de Asuntos Exteriores del presidente Adolfo Suárez, y por Giovanni Villot, secretario de Estado del papa Juan Pablo II establecía que “la enseñanza de la doctrina católica y su pedagogía en las escuelas universitarias de formación del profesorado, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales, tendrá carácter voluntario para los alumnos. Los profesores de las mismas serán designados por la autoridad académica [de entre aquellas que el Ordinario diocesano proponga para ejercer esta enseñanza…] y formarán también parte de los respectivos claustros”. Read the rest of this entry »