
__________________________________
Víctor Moreno, Nueva Tribuna, 2021
En Navarra, la primera ley foral relacionada con la memoria histórica data de 2003. Establecía “la retirada y sustitución de símbolos franquistas”, sin especificar su alcance práctico. De hecho, el Monumento a los Caídos ni aparece citado.
Diez años después, en 2013, otra ley foral, aprobada el 14 de diciembre, establecía “el reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados a raíz del golpe militar de 1936”, mencionándose nuevamente “la retirada de leyendas y símbolos franquistas, escudos e insignias” (artículo 11), pero el monumento carlo-franquista seguía sin aparecer. Como si tal mamotreto arquitectónico no fuese una clara exaltación y legitimación del golpismo.
La modificación de la ley foral de 2013 por la del 27 de junio de 2018 repitió lo ya dicho. En su punto 11.1 se refirió a “la retirada de escudos, insignias, placas, banderas y cualesquiera otros objetos o menciones conmemorativas o de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la Dictadura”. Ni caso. Todo siguió como si dicho monumento fuese ajeno a esa “exaltación colectiva” de la sublevación militar africanista. Hay que decir que, en ningún momento, las izquierdas -y por esta vez incluiremos en ellas a los dirigentes del PSOE- tomaron cartas en el asunto y aplicaron sin ningún escrúpulo la aplicación de dicha ley. Pocas veces se ha visto en esta tierra torear con tanta displicencia una ley, sometiéndose, incluso, a los pruritos de la Iglesia local. Con decir que en ese monumento se han venido celebrando misas ininterrumpidamente en honor de los sublevados contra el régimen republicano está dicho todo.
Read the rest of this entry »