
Ilustración Javier Joaquín
José Manuel Barreal San Martín, 2 de febrero de 2020
¿Se puede educar sin adoctrinar?, es una pregunta que tiene validez para intentar dar claridad al penúltimo debate, a raíz del “Pin parental”. Así, dependiendo de lo que entendamos por ambos conceptos, nos aclararemos en mayor o menor medida.
No es ocioso comenzar por algo que en su momento fue premisa crítica de la izquierda sesentayochista y años posteriores; que se debatió mucho y que aún se considera fundamental en el debate sobre si se educa o se adoctrina o ambas cosas a la vez. Me refiero al supuesto muy argumentado de ” La educación como aparato ideológico del Estado”; es decir, la utilización del sistema educativo como instrumento de reproducción social, política, económica e ideológica, que todos los gobiernos tienen a su disposición para favorecer unos intereses con el conocimiento de determinadas disciplinas; así como la transmisión de ideas, actitudes y valores relacionados con la política, el civismo, etc. Es decir se intentaría desde los gobiernos inculcar determinadas ideas y determinados conocimientos como conjunto de medidas y prácticas educativas encaminadas a adquirir valores o formas de pensar en los sujetos para que puedan desempeñar su vida futura. Si esto se supone que es así, diremos ¿ que estamos “educando” o “adoctrinando” o de todo un poco? Que no imponiendo, acción distinta de lo anterior.
Puede resultar ciertamente angelical, a mi juicio, pensar y defender la neutralidad del Estado y su objetividad en materia educativa. Lo anterior no va en menoscabo de la educación pública ( otro tema es la educación privada, que no tocaré aquí) que los gobiernos en mayor o menor medida propician para la ciudadanía; sencillamente quiero huir de ingenuidades y situar el debate en su justo término. El problema estaría en quién educa, cómo se hace y para quién se educa. ¿ Qué valores y qué ética se quieren “inculcar” al niño o la niña o en la posterior adolescencia y juventud? La respuesta a la pregunta nos dirá las diferencias entre ambas concepciones, que las hay, también parecidos; pero solapándose las dos en muchos casos. Read the rest of this entry »