La posición de la iglesia asturiana sigue siendo remisa. «No me agrada porque a mi modo de ver reabren heridas que con generosidad y esfuerzo se habían ido suturando y reabrirlas no me parece ni inteligente ni justo», justifica Sanz Montes.

Placas falangistas en una iglesia que el Ayuntamiento de Nava retiró con sus propios medios en 2014. / PABLO NOSTI
Ramón Muñiz, El Comercio, 19 de abril de 2020
Principado y Arzobispado de Oviedo tienen abierta una línea de negociación para avanzar en la retirada de símbolos franquistas en una treintena de templos de la región. «Una de las últimas veces que estuve con el presidente Adrián Barbón me pasó una lista y estamos colaborando», explica el arzobispo Jesús Sanz Montes. El documento lo revisó con el consejo episcopal para detectar en qué casos «es fácil y en cuáles más complicado», dice.
La posición de la Iglesia asturiana sigue siendo remisa a las leyes de Memoria Histórica. «No me agrada porque a mi modo de ver reabren heridas que con generosidad y esfuerzo se habían ido suturando y reabrirlas no me parece ni inteligente ni justo», justifica Sanz Montes.
Sin embargo la normativa obliga a las partes. La Ley autonómica de Recuperación de la Memoria Democrática, aprobada en 2019, establece la retirada o eliminación de «escudos, insignias, placas y demás objetos» que en su día fueron realizados «en conmemoración, exaltación, legitimación, justificación, enaltecimiento individual o colectivo del golpe militar de 1936 y del franquismo, de sus dirigentes o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial».
La norma fija la responsabilidad de la retirada voluntaria en los titulares de los edificios y, caso de no hacerlo, es la consejería la que debe iniciar de oficio el procedimiento, dando trámite de audiencia a los interesados por quince días. La resolución final se dictará «en el plazo máximo de tres meses».
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