Cristina Iglesias, gerente de la Clínica Belladona, celebra la pronta retirada de la propaganda que incitaba a “rezar frente a una clínica abortiva”

______________________
Bernardo Álvarez, Nortes, 22 de enero de 2022
Apenas 24 horas han durado en las marquesinas de Oviedo y Gijón la propaganda ultracatólica que invitaba a “rezar frente a una clínica abortiva”.(1)
Cristina Iglesias, gerente de la Clínica Belladona y vocal de ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo) en Asturias, celebra que tanto el ayuntamiento de Gijón como los partidos de la oposición en Oviedo y grupos de mujeres hayan “actuado con tanta celeridad”.
Iglesias cuenta que nunca han tenido presencia de estos grupos a la puerta de su clínica, pero le consta que sí ha habido concentraciones de hostigamiento en la clínica Buenavista de Oviedo. “Como es evidente, no estamos de acuerdo con este tipo de campañas”, observa, “la publicidad debe tener unos límites y un control de contenidos. Estamos hablando de un espacio público desde el que se dan mensajes a la ciudadanía”.
Bajo su punto de vista, esta campaña publicitaria, promovida por la Asociación Católica de Propagandistas, “se utiliza para enmascarar una realidad, que es el acoso a las mujeres y a las clínicas”. Iglesias recuerda que “el aborto es un derecho, y las mujeres tienen derecho a ejercerlo sin ser cuestionadas ni acosadas por nadie. La presencia de estos grupos a las puertas de las clínicas, que pretenden imponer una moral personal ante una normativa civil, es muy violento. No se puede tolerar que se cuestionen derechos que están reconocidos”.
Concluye apuntando que “está pendiente una reforma del Código Penal que castigue la conducta de hostigamiento a las mujeres que van a abortar y a las clínicas”.
_________________________
(1) Con la retirada de la campaña Oviedo y Gijón se suman a las ciudades que, como València, Murcia y Valladolid han retirado los anuncios contra la prohibición del acoso frente a las clínicas de abortos, mientras otras como Zaragoza o Madrid que han decidido mantenerlos apelando a la “libertad de expresión”: “Madrid es una ciudad que se caracteriza por su alto grado de tolerancia y libertad, y esta libertad, como no puede ser de otra manera, es un camino de doble sentido”, señalaría Almeida.