
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez.- EFE
David Bollero, Público, 16 de enero de 2020
Con la llegada del nuevo gobierno progresista podríamos hacer una porra: ¿Quién anda más inquieto, el empresariado o la Iglesia católica? El primero ya se chocó contra un muro cuando comprobó que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros, lejos de perjudicarle, le ha beneficiado. En cuanto a la Iglesia católica, ésta vuelve a evidenciar un cuadro esquizofrénico asumiendo un papel de víctima cuando, a lo largo de la Historia, siempre ha sido más ejecutora.
¿Por qué en un Estado aconfesional la religión ha de puntuar en el currículum académico del alumnado? Busquen, indaguen, sumérjanse en la bibliografía que les plazca que no hallarán una respuesta lógica. Como también parece reñido con la sensatez que el Estado pague los salarios de un profesorado -el de Religión- sobre cuya selección no tiene ningún poder porque es postestad de la Iglesia católica. Esa anomalía también se produce con la educación concertada y por ello, desde este espacio, siempre he justificado su eliminación.
¿Qué teme la Iglesia? Perder privilegios. La élite eclesiástica está más preocupada por los bienes terrenales que espirituales. De no ser así, ya se habría ocupado de adaptarse a los nuevos tiempos cambiando postulados retrógrados que ella misma inventó sin fundamento en alguno en sus sagradas escrituras. El número de alumnos matriculados en religión desciende año a año. El pánico de la curia es que, al no computar para la nota media de cara a selectividad y ser voluntaria, se produza el temido motín de infieles. Read the rest of this entry »