La organización, que en sus ‘contrainformes’ sobre la Iglesia detectó descontrol antes que el Tribunal de Cuentas, exige al Gobierno que elimine la casilla de la Iglesia del IRPF y de manera inmediata reclama a la Agencia Tributaria que elimine cualquier aviso en favor de las «casillas de asignación tributaria» en la Declaración de la Renta
Ángel Munárriz, InfoLibre, 31 de enero de 2020
Existe una elevada “coincidencia” del informe provisional del Tribunal de Cuentas con las “críticas” de Europa Laica. Lo señala en un comunicado la propia organización que preside Antonio Gómez Movellán, reforzada tras publicar infoLibre las conclusiones iniciales de la fiscalización del órgano supervisor sobre las relaciones del Estado con las confesiones religiosas, especialmente con la Iglesia católica. Antes incluso de que el informe sea llevado al pleno de la institución fiscalizadora para su aprobación, Europa Laica apunta contra el fondo de las relaciones entre el Estado y la Iglesia y pide la reforma clave, la que mayor incidencia tendría, la que enterraría el actual statu quo. “Es el momento de que el Gobierno progresista cumpla con las promesas electorales de los partidos que lo componen, proceda a denunciar los Acuerdos con la Santa Sede del año 1979 [conocidos coloquialmente como ‘Concordato’, por ser continuadores del Concordato de 1953] y acabe con este vergonzoso sistema de detraer de nuestros impuestos dinero para una Iglesia que, de forma arrogante, ni siquiera justifica sus gastos, además de contradecir el principio constitucional de aconfesionalidad del Estado”, señala la organización, que hace hincapié “en ladesidia de los gobiernos y las administraciones en el control del dinero público cuando se trata de regalárselo a la Iglesia católica”.
“El Tribunal de Cuentas”, señala Europa Laica, ha comprobado que “la única obligación que tiene la Iglesia de justificar estos ingresos públicos” es a través de la entrega de una “memoria justificativa de gastos” que, en opinión del órgano fiscalizador y en sintonía con lo que Gómez Movellán viene denunciando, “no es tal”. La memoria es una “patraña”, añade, y sólo debería considerarse “una memoria de actividades”. El documento con el que la Conferencia Episcopal da cuenta del destino de los fondos asignados por el Estado “no responde a lo acordado de justificar el gasto de los ingresos tributarios” y el Gobierno debería “exigir una memoria en verdad justificativa con criterios analíticos y de contabilidad, acordados con la Administración del Estado”, señala la organización defensora de la separación estricta entre la esfera pública y la religiosa.
Una denuncia continuada