Un arqueólogo del CSIC descarta la existencia de la Iglesia de San Vicente y de un complejo episcopal. Hasta el Cabildo catedralicio corrige ya su histórica defensa del templo visigodo.

Una turista lee sentada en la Mezquita de Córdoba. AFP/Jorge Guerrero
A. Moreno, Público, 2 de enero de 2020
A principios de los años treinta del siglo XX, el arquitecto y conservador de la Mezquita de Córdoba Félix Hernández inició una inquietante prospección arqueológica bajo el subsuelo del templo hispanomusulmán más importante de Occidente. Buscaba la mítica basílica de San Vicente, cuya leyenda habían propulsado dos textos árabes tardíos encontrados en el siglo XIX por el arabista holandés Reinhart Dozy. Los documentos sugerían que Abderramán I había ordenado construir el oratorio islámico sobre una iglesia visigoda, que durante años se usó como templo compartido con la comunidad cristiana mozárabe.
Félix Hernández rastreó el subsuelo de la Mezquita primitiva hasta julio de 1936, cuando el golpista coronel Cascajo mandó poner fin a las excavaciones y restituir el pavimento del monumento nacional. Lo que el arquitecto conservador encontró bajo tierra le dejó perplejo. Ni rastro de una basílica visigoda o de un edificio religioso de gran porte, tal como habían indicado las crónicas de Ibn Idari y Al Maqqari. Félix Hernández no dejó ningún informe arqueológico escrito. Todo lo que sabemos de los vestigios encontrados proviene de fuentes indirectas, particularmente de sus más estrechos colaboradores.
El decepcionante hallazgo no arredró a la Iglesia católica, que durante décadas ha seguido alimentando la leyenda de San Vicente en trípticos, folletos y material de información turística. En 2009, el experto en arte islámico Antonio Fernández Puertas publicó el libro Mezquita de Córdoba. Su estudio arqueológico en el siglo XX, que incluía el más completo examen del controvertido mito hasta la fecha. “Pobre y reducido edificio”, “perplejidad”, “ningún elemento característico de un edificio litúrgico paleocristiano o visigodo” fueron las expresiones utilizadas por sus discípulos Manuel Ocaña y Ana María Vicent o el propio Manuel Gómez Moreno, director entonces de Bellas Artes, para calificar la entidad de los restos hallados bajo la Mezquita. Read the rest of this entry »