Entrevista a Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo

Jesús Sanz Montes en su despacho./Mario Rojas
Olga Esteban, El Comercio, 12 de enero de 2020
Habla pausado. Y claro, muy claro. «Yo, pelos, solo en la barba», advierte. Toda una declaración de intenciones para quien está a punto de cumplir diez años al frente de la Iglesia asturiana. Durante esta larga conversación, en su despacho del Arzobispado, aún adornado con un gran nacimiento, cuelga desde su reloj inteligente las insistentes llamadas y no se separa de su iPad, aunque no le hace falta consultar un solo dato. Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo, doctor en Teología, responsable de la Comisión de Cultura de la Conferencia Episcopal Europea. Madrileño a punto de cumplir los 65, el mayor de ocho hermanos («entonces no había tanta televisión ni series de Netflix), franciscano decidido que a los 20 años cambió a su novia y su trabajo en banca por la vida consagrada.
–El próximo día 30 se cumplirán sus diez años al frente de la Iglesia asturiana. Procede, por tanto, comenzar con un balance.
–Llegué aquí con una mala información. Me presentaban Asturias como muy dura, eclesialmente, laboralmente, políticamente…. Pero me faltó muy poco tiempo, escasamente dos meses, para decir que quien me informó tenía otra experiencia o me habían tomado el poco pelo que tengo. Porque me di cuenta de las tres cosas que he venido repitiendo: Asturias es una tierra enormemente bella; es una tierra de una historia que vale la pena conocer y, finalmente, la nobleza de la gente. He vivido en otros lugares y te das cuenta de que hay relaciones, convivencias, muy educadas, pero que son traicioneras. Todo es correcto y educado, pero te das la vuelta y te vas con un puñal en la espalda. Mientras que aquí sabes delante de quien estás y esa nobleza a mi me conquista. Te podrá gustar o no, pero sabes con quién estás. Una persona transparente a ti te ayuda a serlo.
–Personalmente, veo, el balance es positivo.
-Altamente positivo. Estoy contento, agradecido y feliz de haber venido a esta tierra tan hermosa.
-¿Y en cuanto a la labor al frente de la Iglesia?