
El presidente de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Juan José Omella, momentos antes del inicio de una reunión del órgano en la Casa de la Iglesia, en Madrid. E.P./Eduardo Parra
Aníbal Malvar, Público, 19 de noviembre de 2020
Que la iglesia católica nunca ha tenido vocación de ser muy moderna lo sabemos por Galileo, por la ley del divorcio, del aborto, por su ancestral hipocresía con la homosexualidad, y por muchas otras menudencias que no es necesario que os repita aquí. En lo único que han sido siempre muy modernos es en lo de la pela, no cotizando ni donaciones ni entradas a los templos, inmatriculando propiedades ajenas u obligando al estado aconfesional a pagar a los curitas que dan clase sin oposición ni otra sabiduría que el fulgor divino. Por no hablar del siniestro Banco Ambrosiano, fundado en el siglo XIX para ayudar a los que viven de la caridad y enseguida modernizado con capital de la mafia siciliana y más tarde de grupos golpistas dedicados a aplastar cualquier atisbo de democracia al sur del río Pecos.
Ahora, en la cúspide de la modernez, la iglesia se pasa al crowdfunding, emulando así a los anticristos de Podemos. Lo ha anunciado estos días el cardenal arzobispo que preside la Conferencia Episcopal, el muy pío Juan José Omella, que propone a los fieles una “cuota periódica”, pues “lo cepillos se están quedando vacíos” a causa de la covid.
“La caridad eclesial no puede ni debe detenerse. La creatividad y el uso de nuevas tecnologías pueden impulsar nuevas formas de respaldo. Es el momento de estimular el compromiso de todos a través de cuotas periódicas que permitan abordar proyectos a medio y largo plazo”, ha dicho el prelado. Dios les ayude. Porque les va a hacer falta. Read the rest of this entry »