Este texto es una versión traducida y adaptada de la intervención de Daniel Raventós en la mesa sobre “Postmodernidad y razón” de la Universitat Progressista d’Estiu de Catalunya -UPEC- en homenaje a Antoni Domènech, el 5 de noviembre de 2020.

George Grosz
Daniel Raventós, SinPermiso, 8 de noviembre de 2020
El territorio del reino de España dispone de una larga tradición en defensa del laicismo. Esto es así por varias razones, pero una de ellas es por la existencia de una iglesia católica especialmente potente, reaccionaria y nefasta en nuestra historia y en nuestro presente.
Lo que significa laicismo no debería suponer ninguna ambigüedad.
“Un sistema político caracterizado por la exclusión de la influencia y control eclesiástico” (Diccionario Merriam Webster).
“La doctrina según la cual la moralidad debe basarse únicamente en el bienestar de la humanidad en la vida presente, con exclusión de todas las consideraciones derivadas de la creencia en Dios o en un estado futuro” (Diccionario Oxford).
“La creencia de que la religión no debería estar implicada en las actividades políticas y sociales habituales de un país” (Diccionario Cambridge).
“La laicidad implica la separación de las organizaciones religiosas y estatales. El orden político se basa en la única soberanía del pueblo de los ciudadanos y el Estado -que no reconoce ni paga ninguna religión- no regula el funcionamiento interno de las organizaciones religiosas. De esta separación se deduce la neutralidad del Estado, las autoridades locales y los servicios públicos, no de sus usuarios. La República laica impone así la igualdad de los ciudadanos en la administración y el servicio público, sean cuales sean sus convicciones o creencias” (De una página de la república francesa). Read the rest of this entry »