Sanz acusa ahora al Gobierno de “señalar a los cristianos como diana” por el escándalo de la pederastia

El arzobispo de Oviedo cree que el Ejecutivo “y sus terminales mediáticos” intentan “destruir a la Iglesia”

Jesús Sanz Montes

Jesús Bastante, Religión Digital / El Diario, , 5 de enero de 2022

Jesús Sanz Montes, que en su última carta pastoral confunde la pederastia (violación de menores) con la pedofilia (atracción hacia los menores), dice estar sorprendido por el interés del Parlamento en los abusos cometidos por “clérigos”.

En su carta pastoral, ‘Pederastia, piedra de molino’, el jerarca católico cree que la atención que algunos “mandamases y sus terminales mediáticos” prestan a los abusos a menores en el seno de la Iglesia no es más que una “cortina de humo” establecida por “las gobernanzas” de nuestro país. Esa cortina de humo (a veces “verdadera niebla persistente”) estaría compuesta por una amalgama “de mentiras” que sitúa a los cristianos como “cabezas de turco”, víctimas de un “pim-pam-pum”, todo para ocultar “la verdad”: “Ha habido una consigna que ha señalado a los cristianos como diana: la Iglesia roba y ha de devolver lo que indebidamente se ha apropiado, y la Iglesia abusa de los niños y personas vulnerables”

“Donde hay menores, existe el riesgo de perpetrar estos crímenes”, afirma el arzobispo, y apela a “estudios estadísticos independientes” (que no cita) para decir que las violaciones de menores cometidas por clérigos son el 0’2% del total: “Por eso sorprende el interés de un parlamento que se centra en este porcentaje e ignora el 99’8% restante”.

Calumnias contra la Iglesia

“A veces, más que cortinas de humo son verdaderas nieblas persistentes que ocultan la verdad, que insidian perversamente, que calumnian y zahieren a sabiendas para desgastar o intentar destruir a quien señalan como adversario cultural o enemigo político”, lamenta Sanz.

“La pedofilia es un crimen inmenso, perpetrado con la más sucia alevosía, de la que Jesús dijo que más le valdría atarse una piedra de molino al cuello y tirarse al mar a quien hiciera daño a los más pequeños”, admite Sanz, que añade que “es un crimen, un delito y un pecado que es de la entera sociedad cuando ha perdido su horizonte moral, el aprecio por la verdad, el respeto ante lo más sagrado como es la vida y la familia, y las virtudes morales de la justicia”.

“También la Iglesia tiene miembros que han cometido ese pecado, y por ello hemos puesto en marcha espacios y recursos humanos para la acogida de esas denuncias, para la prevención que eviten estos terribles abusos”, reconoce el arzobispo, quien aclara: “la pedofilia no es un pecado o delito cristiano en general y clerical en particular, sino que lo es de toda la sociedad”.

“Sorprende el interés” por los abusos de la Iglesia

“Un porcentaje, el 0,2% que no consuela cuando tenemos delante a una persona desprotegida e inocente que es abusada por quien debería ser precisamente garantía de defensa moral y de confianza” y sobre “el que hemos pedido perdón”. “Por eso sorprende el interés de un parlamento que se centra en este porcentaje e ignora el 99’2% restante”.

“Si la pedofilia es una lacra terrible de nuestra sociedad contemporánea, de la que también la Iglesia forma parte, pongamos los medios y los remedios para sanarla y erradicarla. La pornografía tan fácilmente asequible, la educación ideologizada por el género, la hipocresía cínica de la inmoralidad o amoralidad en tantos casos, hacen de campo de cultivo para que se sigan cometiendo estas tragedias deleznables”, culmina

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