Artículo de Ángel Munárriz para InfoLibre que forma parte de un especial dedicado a los 40 años del golpe de Estado

Gregorio López Bravo en el Congreso de los Diputados en marzo de 1978 / EFE
Ángel Munárriz, InfoLibre, 21 de febrero de 2021
“El Opus no interviene ni puede intervenir nunca en opciones políticas porque sus fines son exclusivamente espirituales”, asegura la prelatura
Al iluminar las zonas de sombra de la Transición, etapa de un sinfín de operaciones y maniobras, suelen aparecer dos palabras y siete letras: Opus Dei. La reciente investigación El 23-F y los otros golpes de Estado de la Transición (Espasa, 2021), del historiador Roberto Muñoz Bolaños, arroja luz sobre el papel de La Obra en el tablero conspirativo de la Transición, un proceso sinuoso, con mucha trastienda, óptimo para la exhibición de los atributos habitualmente asignados al Opus: discreción, influencia, relaciones. De la investigación se deduce: 1) No puede achacarse al Opus una relación con el golpe de Estado. 2) Las figuras vinculadas a La Obra aparecen, y frecuentemente con papeles destacados, en múltiples operaciones destinadas a limitar en sentido conservador el alcance del cambio político.
El Opus –o mejor dicho el conjunto de hombres del Opus en la esfera conservadora de la Transición– emerge como una importante fuerza opuesta al cambio político impulsado por Adolfo Suárez. “Tiene mucha lógica que miembros del Opus estuvieran muy activos durante la Transición. La presencia en el tardofranquismo del Opus fue decisiva. Y durante la Transición lo fue también. Los más destacados miembros del Opus mantuvieron sus puestos, porque la Transición se hizo manteniendo a los grupos de presión, y el Opus es un importantísimo grupo de presión muy metido no sólo en la política, sino en el empresariado, en la escala técnica, entre banqueros, ingenieros… Es un poder fáctico, que tenía muchos intereses que defender”, explica el periodista Mariano Sánchez Soler, que conoce las dinámicas de La Obra por trabajos como Las sotanas del PP (Temas de Hoy, 2002). Lee el resto de esta entrada »