Tras el Canje de Notas de 2006 (el que subió el porcentaje del IRPF del 0,52 al 0,7), la Iglesia se comprometió a elaborar una Memoria Justificativa sobre el destino de esos fondos. 14 años después, el Tribunal de Cuentas constata que lo que se hace llegar al Gobierno no es más que una “memoria de acividades”, en la que la Iglesia explica su labor en sociedad, pero no cuenta a qué se destina, euro a euro, el dinero de la Renta. Y, lo que resulta más grave, deja al Estado sin capacidad de controlar el destino de ese dinero.

Interior de una iglesia, en una imagen de archivo / Fuente
Jesús Bastante, Religión Digital, 1 de agosto de 2020
Los obispos se las prometen muy felices. Han entendido que el informe del Tribunal de Cuentas consagra que llevan 40 años actuando conforme a la ley, y que sus memorias de actividades no han tenido ninguna queja por parte del Gobierno. Dicen bien. Pero hay más, mucho más.
Lo que no dicen -y nos consta que lo saben, de primera mano, porque tontos no son- es que el citado informe -que fiscaliza la acción del Gobierno, y no la de la Iglesia católica- es un arma de doble filo, que la vicepresidenta Calvo está dispuesta a utilizar cuando, a partir de septiembre, se aborde el debate sobre la nueva fiscalidad de la Iglesia católica y se abra el ‘melón’ de las inmatriculaciones.
Y es que el Tribunal de Cuentas -es cierto que no con la contundencia del primer borrador, convenientemente filtrado desde Moncloa a los medios para caldear el ambiente- viene a explicar al Gobierno qué tiene que hacer para revertir la actual situación de privilegio fiscal de la Iglesia española. Y lo hace muy claramente, admitiendo que, hoy por hoy, el Estado no tiene conocimiento real de dónde va el dinero procedente del IRPF.
El Canje de Notas de 2006 y la “memoria justificativa”
Tras el Canje de Notas de 2006 (el que subió el porcentaje del IRPF del 0,52 al 0,7), la Iglesia se comprometió a elaborar una Memoria Justificativa sobre el destino de esos fondos. 14 años después, el Tribunal de Cuentas constata que lo que se hace llegar al Gobierno no es más que una “memoria de acividades”, en la que la Iglesia explica su labor en sociedad, pero no cuenta a qué se destina, euro a euro, el dinero de la Renta. Y, lo que resulta más grave, deja al Estado sin capacidad de controlar el destino de ese dinero. Read the rest of this entry »