“Iglesia-Estado aquí han sido una misma cosa y ha permitido a los obispos actuar con prepotencia”, denuncia José María Rosell, portavoz del grupo Inmatriculaciones Asturias.

La Sexta Columna
La Sexta Columna, 27 de marzo de 2020
[Fragmento del programa dedicado a las Inmatriculaciones: el misterio de la santísima propiedad]
La Iglesia católica es una institución que, como el dios al que veneran, es casi omnipotente. Más de 2.000 años de antigüedad en los que el Vaticano ha pasado de tener sólo unas llaves, las simbólicas de San Pedro, a muchas más reales. Sus dominios y riquezas se han multiplicado.
¿Qué pasaría si el jefe de la Iglesia, el papa, quisiera deshacerse de algunos de sus bienes materiales? Jesús Bastante, redactor jefe de Religión Digital explica que “ganarían muchísimo” y que “sería una fabulosa respuesta de marketing si renunciaran a determinados privilegios”.
Los sumos pontífices han sido adorados por sus fieles mientras han hablado de pobreza vestidos con dorados y lujosos ropajes. Cuando venían a España eran recibidos como superestrellas en un país cuya historia va unida a la religión.
“Por nuestro pasado franquista y después también, monarquía e Iglesia están vinculadas“, sostiene José María Rosell, portavoz del grupo Inmatriculaciones Asturias.
En este sentido, Rosell añade que “la relación Iglesia-Estado que, aquí han sido una misma cosa, ha permitido actuar a los obispos con prepotencia e impunidad“.
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