El 4 de mayo de 1938 el Vaticano reconocía al de Franco como el legítimo gobierno de España, pasados casi dos años desde el estallido de la Guerra Civil
El papa Pío XI con el cardenal Pacelli (izqda.) a principios de los años treinta / (Dominio público) __________
Francisco Martínez Hoyos, La Vanguardia, 4 de mayo de 2023
La Guerra Civil española estalló en 1936. Sin embargo, el Vaticano no reconoció al gobierno de Franco hasta dos años después. ¿Por qué esta considerable demora? Las relaciones entre los sublevados y la Iglesia no siempre fueron tan armónicas como podría parecer a primera vista.
Contra lo que pudiéramos creer, el hecho es que las quejas de los rebeldes contra Roma fueron constantes. Así lo explicaba el historiador y monje de Montserrat Hilari Raguer enLa pólvora y el incienso (Península, 2017). Los denominados “nacionales” lamentaban que L’Osservatore romano , el periódico oficioso de la Santa Sede, dieran demasiado protagonismo a noticias que les eran desfavorables, mientras que las favorables recibían poco espacio. En realidad, detrás de esta crítica había más victimismo que otra cosa.
Uno de los generales sublevados, Miguel Cabanellas , escribió al cardenal Pacelli, responsable de la política exterior vaticana (y futuro Pío XII ), para explicarle que los rebeldes desean entablar relaciones oficiosas con el Vaticano. Ese sería un primer paso de cara a establecer un vínculo diplomático completamente normal.
Una vez aprobada la Constitución de 1978 que rompía con cuatro largas décadas de negación del constitucionalismo y de las libertades, el nuevo texto (tras la última de 1931) daba a la libertad de conciencia, en lo teórico, un tratamiento más que digno, dentro de los límites de un nuevo Estado producto de una “Transición” pactada que imponía la corona y dejaba impune a un vetusto nacionalcatolicismo totalitario. Algunos estamentos de la dictadura quedaban impolutos, al igual que quedaban sin condena las atrocidades de las cuatro décadas de dictadura. Hechos que, hoy, pesan fuertemente en el devenir de nuestra historia, a pesar de los muy tímidos gestos que se han venido haciendo en estos últimos años. Otra cosa es reflexionar si, en ese momento, cabían otras soluciones.
En lo formal, el nuevo texto constitucional, y en lo que respecta al título primero “de los derechos y libertades fundamentales“, se equiparaba a constituciones al uso en estados de larga trayectoria democrática. Sobre todo, los artículos 9.2, 10.2, 14 y el 16, también y -en parte- el 27 posibilitaban caminar en la senda del derecho a la plena libertad de conciencia de cada persona sin distinción y obligaba a los poderes públicos no sólo a desarrollarla y aplicarla de forma positiva, sino a cumplirla, además de garantizar que “ninguna confesión tendrá carácter estatal” (es decir, institucional).
La aprobación en la Comisión de Hacienda del Congreso, el pasado 26 de abril 2023, de equiparar a todas las confesiones religiosas en el mismo tratamiento fiscal que gozaba la Iglesia católica, ha suscitado de nuevo uno de los problemas principales que en España se nos presenta a todos, creyentes o no creyentes, es decir, el determinar qué relaciones deben existir entre el Estado español y las confesiones religiosas, particularmente la católica.
El art 16 de nuestra Constitución de 1978 regula estas relaciones entre la Iglesia católica y el Estado español. En él «Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades» (&1).«Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias» (&2) y «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones» (&3). Según los autores, aquí se define el concepto de laicidad, que comprende tres notas: Neutralidad religiosa; Separación entre Estado y confesiones religiosas y Cooperación estatal con ellas (GARCÍA MAURIÑO; MORENO DE LA FUENTE 2012: 145). Las dos primeras son propias de una Estado laico, la tercera, en cambio, es objeto de diversas interpretaciones, según sea la clase de cooperación existente entre el Estado y las confesiones religiosas.
Las Comunidades Cristianas Populares denuncian “el falso laicismo del PSOE”
Bolaños, con los representantes del resto de confesiones / Ministerio de la Presidencia __________
Comunidades Cristianas Populares, Religión Digital, 1 de mayo de 2023
La Coordinadora Estatal de las Comunidades Cristianas Populares (CCP), a través de este comunicado denuncian –indignadas- el nuevo ardid del PSOE que, en un mero afán electoralista, nos anuncia como avance lo que eufemísticamente llaman “laicismo inclusivo” demostrando que sigue siendo rehén de la Iglesia Católica y que nunca denunciará el Concordato, ni los acuerdos preconstitucionales con la SS.
La noticia -que no ha tenido demasiado eco en los medios del régimen que nos marcan interesadamente lo que es noticia y lo que no- supone que ortodoxos, budistas, mormones y testigos de Jehová, estarán exentos de pagar el IBI, el impuesto de sociedades, el IAE o las plusvalías, como así ya lo estaban evangélicos, judíos, musulmanes y la misma iglesia católica.
Las expectativas despertadas por la llegada al poder en 2018 de Pedro Sánchez en cuanto a la relación Iglesia-Estado quedan lejos de cumplirse.
Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal (segundo por la derecha), junto a tres obispos en el Palau Episcopal de Barcelona, en de febrero de este año / Europa Press _____________
Analizada aisladamente, la extensión del régimen fiscal de la confesión católica a laIglesia Ortodoxa, la Unión Budista, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y los Testigos de Jehová resulta comprensible desde una elemental igualdad de trato. ¿Por qué va a estar exenta del IBI la casa de un cura y no la de un ministro de otra confesión? Así que también estas otras confesiones menores disfrutarán de exenciones –IBI, Sociedades, IAE, Plusvalías– y de desgravaciones para quienes les hagan donativos. La decisión del Gobierno, teniendo en cuenta que no sólo las entidades católicas sino también las islámicas, judías y evangélicas disfrutan de estos beneficios, parece razonable. Las dudas, desde una perspectiva laica, surgen al observar la medida en el contexto de los privilegios de la Iglesia católica. Y, sobre todo, al interrogarnos sobre cómo la persistencia de estos privilegios nos dispone ante el reto de la integración de la pluralidad religiosa en una sociedad rápidamente cambiante.
Todos necesitamos la gracia divina. Así llama la teología católica a lo que en lenguaje más circunspecto llamamos apego. Es el afecto, amor, protección o aceptación que no hay que merecer, que es seguro y no se puede perder. Se suele aplicar al vínculo de los bebés con su madre y su padre. Pero es el mismo tipo de sensación por la que nos sentimos parte de un grupo humano extenso en el tiempo.
Todas las tribus, naciones o «razas» (los nombres cambian según lo normal o perturbado que sea cada cual) tienen historia, real o fabulada. No hay civilizaciones sin principio. Nos gusta ser parte de algo mayor que nosotros. Como todos lo necesitamos, somos muy cooperativos en eso de formar una red colectiva en la que sentir apego. La teología recoge con las manos ese tipo de emoción y la coloca en Dios, pero en realidad está en las personas y es explosiva. El apego de un grupo es la materia prima del altruismo más incondicional, pero también de la peor hostilidad hacia fuera
Una experiencia personal con las y los políticos (“progres”).
Ante “Los pilares de la sociedad”, 1926, de George Grosz (y fragmento) / Nationalgalerie (Berlín) [imagen a partir de una foto de Ben en Flick] ____________
Francisco Delgado, Nueva Tribuna, 14 de marzo de 2023
Es una evidencia tozuda que poder político y religión forman “parte de un mismo todo”, gobierne quien gobierne. Esto lo he aprendido tras décadas de una amplia experiencia política y societaria, bajando “al barro” y remando, en muchas ocasiones, contra corriente. Por ello, en esta etapa de mi vida, a mí, las y los políticos del PSOE, Izquierda Unida, Podemos, nacionalistas de centro izquierda, etc. etc. y las coaliciones “supuestamente progres” que pudieren venir… ya no me van a dar más “palmaditas en la espalda”, ya no me van a “tomar más el pelo”.
Seguiré participando en debates sobre laicidad y el derecho a la libertad de conciencia y aplaudiré acciones reivindicativas, pero (personalmente) no participaré más en foros, reuniones y acciones directas con las y los políticos: “¡Tiro la toalla!”. -“Se van a reír de ellos y ellas mismas” y de las y los incautos de turno… De mí, evidentemente, no. Hasta tal punto, de que -a estas alturas- incluso me niego a seguir exigiéndoles:
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, acompañó a la reina Sofía en los funerales de Benedicto XVI. Tras la visita a la capilla ardiente, Bolaños fue entrevistado brevemente por TVE acerca de la figura de Benedicto XVI, de las relaciones entre el papa emérito y Francisco y también por las relaciones entre el Gobierno y la iglesia católica (pregunta recogida en el fragmento del vídeo publicado por TVE).
El ministro defendió que, desde el Gobierno mantienen “trabajos continuos con la Iglesia católica”. “Tenemos una relación de profundo respeto”, porque aún estando en posiciones diferentes “nos tenemos que entender para poder seguir avanzando y poder llegar a acuerdos”.
Aseguró que el actual es “un momento de diálogo y de trabajo constante” en temas como las inmatriculaciones y la fiscalidad. Del primero recordó que la institución religiosa ya reconoció la titularidad pública de 10.000 inmuebles y, de la segunda, que espera “llegar pronto a algún tipo de acuerdo” para que “se adecúe a las circunstancias muy particulares de la Iglesia”.
El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana publicó el pasado lunes el decreto, iniciativa unilateral de Ximo Puig, de una Comisión Mixta de Cooperación entre la Generalitat y la iglesia valenciana
Ximo Puig con el cardenal Cañizares este jueves en la reunión de la recién creada Comisión Mixta de Cooperación entre la Generalitat y la iglesia valenciana / Fuente foto Valencia Plaza ______________
2 de diciembre de 2022
El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) ha publicado el pasado lunes 28 el decreto(1) por el cual se crea la Comisión Mixta de Cooperación entre la Generalitat y las diócesis de Valencia, de Orihuela-Alicante, de Segorbe-Castelló de la Plana y de Tortosa (en la parte del territorio que está ubicada en la Comunitat).
La comisión, adscrita a la Presidencia de la Generalitat, se constituirá como un órgano colegiado, de composición paritaria, al que le corresponde el asesoramiento y la consulta en materia de patrimonio cultural, enseñanza y educación, asistencia sanitaria en centros hospitalarios del Sistema Valenciano de Salud, asistencia social y justicia, recoge el Decreto.
Tras haberse comprometido a la creación de la Comisión Mixta de Cooperación en octubre, el jefe del Consell intentó tramitar el impulso a la misma a través de un acuerdo del pleno del Gobierno valenciano. Sin embargo, sus socios del Botànic -Compromís y Unides Podem- frenaron la propuesta por distintas reticencias basadas, no sólo en la oportunidad de la medida, sino también por cuestiones de contenido de la misma, señala Valencia Plaza
Durante la época moderna la firma de Concordatos con Roma debe inscribirse dentro de la política regalista seguida por los Austrias, pero, sobre todo, por los Borbones en el siglo XVIII. El regalismo es una doctrina jurídica, surgida a fines del siglo XV, en relación con el fortalecimiento de las monarquías, que propugnaba la superioridad del rey sobre la Iglesia en cualquier ámbito menos en el de la doctrina. Uno de los objetivos de los monarcas regalistas era constituir una Iglesia nacional sometida a su autoridad, aunque sin romper en lo religioso con el Papa, como queda expresado. Para ello, necesitaban el patronato regio o derecho de la Corona consistente en la potestad de poder de nombrar a las dignidades eclesiásticas. En Francia se dio un mayor acusado regalismo, conocido como galicanismo, que se puede definir como la afirmación de la independencia del rey francés frente al papado, la colaboración del clero y los poderes seculares para limitar la intervención papal en el estado francés, y la superioridad de un concilio ecuménico sobre el Papa. El galicanismo llegó a su culminación con la aprobación de los Acuerdos Galicanos, promulgados por un sínodo del clero francés en el año 1682.
El antecedente más inmediato en relación con el patronato, regresando a España, estaría en el siglo XV cuando el papa Martín V reconoció por el Concordato de Constanza (1418) el derecho de Juan II de Castilla a supervisar las elecciones de obispos. Los Reyes Católicos consiguieron el patronato regio para el Reino de Granada y para los nuevos territorios a conquistar en Ultramar. En 1640 se firmó una Concordia entre el nuncio papal y el Consejo Real, y luego ratificada por Felipe IV y Urbano VII para reformar el poder que la nunciatura tenía en España en un momento de difíciles relaciones entre Madrid y Roma.
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Actos y Convocatorias
Charla: Riego y el constitucionalismo revolucionario. Por Clara Álvarez Alonso mayo 31, 2023
19:00 h. / RIDEA, Plaza de Porlier, 9, 1º, Oviedo. Ciclo de Conferencias conmemorativas II Centenario de la muerte de Riego
Charla (online, en abierto): Y el cerebro creó al hombre. Por José María Roa junio 1, 2023
19:00 h. Ciclo "Libertad de conciencia", Univ. de Granada, UniLaica, Andalucía Laica / Enlace: https://laicismo.org/y-el-cerebro-creo-al-hombre-conferencia-del-dr-jose-maria-roa-venegas/281480
Presentación del libro: "Silenciadas pero no olvidadas, Mujeres y represión franquista en Asturias" junio 8, 2023
19:30 h., Les Cigarreres, C. Eladio Carreño, 3, BAJO, 33202 Gijón, Asturias, España
Las olas del 37 junio 19, 2023
19:00 h. Escuela de Comercio-Sede de Gesto, Gijón/ Con Patricia Martínez, periodista y el historiador Antonio Martínez