“Poniendo nuestra confianza en el Todopoderoso firmamos esta declaración en esta sesión del Consejo de Estado provisional en la tierra de nuestro hogar, en la ciudad de Tel-Aviv, en visperas del Sabat del día 5 de Iyar, 5708 (14 de mayo de 1948)”. David Ben Gurion
Teresa Galeote, Laicismo.org, 22 de septiembre de 2019
En el Primer Congreso Sionista (1897) a requerimiento del padre espiritual del Estado judío, Theodor Herzl, se proclamó el derecho del pueblo judío al territorio que Dios le había prometido a Abraham, primer patriarca de las religiones monoteístas. Al finalizar la 1ª guerra mundial, este derecho fue reconocido en la Declaración de Balfour, de 2 de noviembre de 1917, y fue asumido por la Liga de Naciones, la cual confirmó la conexión histórica existente entre el pueblo judío y Eretz-lsrael (Tierra de Israel).
“El gobierno de Su Majestad ve con buenos ojos el establecimiento en Palestina de un hogar para los judíos, y utilizará sus mejores medios para facilitar la consecución de esta causa. Sin embargo, debe quedar claro que no debe hacerse nada que perjudique los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o que merme los derechos y el estatus político del que gozan los judíos en cualquier otro país”.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que dictaminaba el establecimiento del Estado judío en Erezt-Israel. El reconocimiento del derecho de los judíos a un Estado era irrevocable, a la vez que instaba a la formación de dos Estados. Pero inmediatamente, y antes de que el pueblo palestino tuviese oportunidad de organizarse, el pueblo hebreo inició una masiva agresión, que culminó en una diáspora masiva del pueblo palestino de las tierras habitadas durante siglos. Se estima que existen alrededor de tres millones de personas refugiadas en países del entorno a las que se les niega el retorno.
Algunos fragmentos de la declaración de independencia de Israel Lee el resto de esta entrada »