Acusa al Ejecutivo central de “abandonar a su suerte a particulares y entidades locales para que litigasen por la recuperación de sus bienes inmatriculados”
La Plataforma de Defensa del Patrimonio de Navarra ha pedido a los diferentes partidos políticos y candidaturas, de cara a las próximas elecciones, “compromisos específicos para revertir” las inmatriculaciones realizadas por la Iglesia y que quienes “no han cumplido” sus compromisos a lo largo de la legislatura “den explicaciones”.
Andrés Valentín, representante de la plataforma, ha señalado que los programas electorales de PSOE y Unidas Podemos y el acuerdo del Gobierno de coalición contenían el compromiso de realizar “modificaciones legislativas para revertir las inmatriculaciones”, modificaciones de las que, en estos momentos, no hay “nada de nada”. Por ello, ha acusado al Ejecutivo central de “abandonar a su suerte a particulares y entidades locales para que litigasen por la recuperación de sus bienes inmatriculados”.
EL PAÍS pregunta a 141 órdenes y diócesis sobre el resultado de sus investigaciones y cuántos casos conocen, después de entregar tres informes con cientos de testimonios. El silencio continúa siendo la respuesta general
Varios obispos se protegen del sol en la plaza de Cibeles (Madrid), durante una visita de Benedicto XVI en agosto de 2011 / Cristóbal Manuel __________
Julio Núñez-Íñigo Domínguez, El País, 27 de diciembre de 2022
La Iglesia católica española ha tenido un año para afrontar su primera gran investigación sobre la pederastia en España, que se vio obligada a emprender a raíz del primer informe de EL PAÍS, en diciembre de 2021, con 251 casos inéditos. Esta cifra se ha doblado hasta 500 en este año, con un segundo dosier, entregado en junio, y un tercero, presentado este mes. En total, más de 1.000 páginas. Sin embargo, un año después, el balance es nulo: nada se sabe de la respuesta a estos casos y la transparencia no solo no ha aumentado, sino que ha empeorado. La Iglesia ha cerrado filas y se sigue negando a revelar lo que sabe: este diario ha preguntado a las 141 entidades con acusaciones, entre órdenes y diócesis, sobre el número de casos que conocen, cuántos procedimientos canónicos han abierto y cuántas indemnizaciones han pagado. Más de un mes después, casi ninguna ha facilitado información. El silencio es aplastante, solo el 13% ha aportado algún dato. Los casos de cada entidad y sus respuestas se pueden consultar en las tablas de datos que acompañan esta información.
Por otro lado, la atención a las víctimas ha sido decepcionante en la mayoría de las ocasiones, según denuncian decenas de afectados, con criterios erráticos en función de la sensibilidad personal de cada obispo o la política de cada congregación. Va del ninguneo a recibir, en casos contados, hasta 40.000 euros, según la suerte que tenga cada afectado de con quién le toque. EL PAÍS no facilitó en sus informes la identidad de las víctimas, pero se ofreció a la Iglesia para mediar con ellas y que pudieran colaborar en la investigación, si así lo deseaban. La Conferencia Episcopal Española (CEE), no obstante, se negó en un primer momento a coordinar esta tarea y este diario tuvo que gestionar el contacto entre cientos de denunciantes y decenas de entidades. A raíz del segundo informe, seis meses después, la CEE por fin se decidió a hacerlo. En todo caso, muchas de las víctimas, escépticas con la investigación —pues cada diócesis y orden se investiga a sí misma—, no han accedido a contactar con los organismos eclesiásticos y han preferido hacerlo con el Defensor del Pueblo.
Han puesto figuras del niño por todos los portales. Han engalanado el misterio, haciendo brillar de espumillón todos sus secretos. No hay parroquia, convento, sacristía, colegio religioso, palacio episcopal que no esté preparado para la llegada del pequeño hijo de dios. Nos conminan a pasar la Navidad sin que recordemos los pecados de muchos y la complicidad de la Iglesia. Párrocos, curas, obispos, cardenales, clérigos, abates, capellanes, catequistas, numerarios, con hábito o seglares: una investigación de El País ha documentado de momento 906 casos (500 solo en el último año) de pederastia desde los años 40 hasta la actualidad. En 2018, la jerarquía católica apenas reconocía 34: manzanas podridas, casos aislados, excepciones, pasa en las mejores familias, respondían. Hasta que se empezó a investigar. Que se sepa, los 906 de la sotana cargan -o cargaron mientras vivían- sobre su conciencia con 1.713 víctimas, 1.713 niños abusados. Alguno se llamaba Jesús.