Discrepancia entre el Estado, la Generalitat y Unió de Pagesos sobre las propiedades de la Iglesia, que atribuye el baile de cifras a “errores” y niega “apropiaciones indebidas”

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Nati Adell, CCM.cat, 5 de marzo de 2022
¿Cuántos bienes tiene la Iglesia en Cataluña? La respuesta depende según a quien se pregunte. Unió de Pagesos afirma que existen entre 7.000 y 8.000 bienes inmatriculados. La Generalitat reduce la cifra a 3.722 y el Colegio de Registradores de Catalunya todavía algo más, hasta las 3.677. ¿Por qué estas diferencias?
El origen de los datos es el mismo, el Registro de la Propiedad, pero los listados finales divergen. Las cifras varían por desajustes cronológicos, información duplicada, falsas atribuciones o falta de documentación.
Para acabar de complicarlo, hay donaciones que no constan en el registro. Esto hace que, según los registradores, la Iglesia tenga en Cataluña un total de 4.290 inmuebles, pero sólo 3.677 certificados eclesiásticamente .
En el listado de inmatriculaciones del gobierno español, la Conferencia Episcopal ha detectado 118 errores en Cataluña. La Iglesia prefiere hablar de “incidencias” .
La polémica comienza en el diccionario
Inmatricular significa inscribir por primera vez un bien en el Registro de la Propiedad: el primero que la registra consta como propietario.
Pongamos que un campesino tiene una finca y decide, como buen católico, darla de palabra a la Iglesia. Le dice al cura y éste lo comunica al Obispado. La Iglesia en su inventario hace nota de la finca y deja constancia de que ha sido dada por este campesino. Un día, los herederos de esa finca aparecen y dicen que ha sido de su familia toda la vida. ¿Quién tiene razón? Es necesario buscar documentación que lo acredite, pero no siempre existen los documentos.
La información del registro, que es pública, es la que debería deshacer el lío, pero, según Unió de Pagesos, “no siempre es fácil conseguirla, entenderla y trabajarla a fondo”, algo que les registradores niegan.

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Lo sabe muy bien Joan Casajoana, campesino del Bages y uno de los primeros en estirar del hilo en el 2017. Cinco años después, al sindicato todavía le quedan muchas comarcas por revisar.
“Es la punta del iceberg. El problema es de una dimensión impresionante y los listados sólo sirven para enmascarar la realidad.”
Al amparo de una ley franquista
La clave, según el sindicato, es “mirar con lupa las notas simples del registro de la propiedad” porque, en ocasiones, una sola nota incluye varios bienes: la iglesia, la rectoría, el cementerio, el huerto, la plaza. ..
Esto podría contar parte del baile de cifras. El Colegio de Registradores sólo computa las fincas registrales inmatriculadas; no cuentan si dentro de esa misma finca hay más de una construcción.
Según la Generalitat y de acuerdo con los datos disponibles hasta 2019, la Iglesia ha inscrito a su nombre 3.722 bienes.
Para Unió de Pagesos y la Asociación de Micropueblos las “cifras reales” son, como mínimo, el doble . Ermitas, fincas rústicas, casas de payés e incluso algún palacio. La Iglesia habría inscrito a su nombre todo tipo de bienes sin ningún título que acredite su propiedad.

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¿Pero cómo se puede inscribir una propiedad sin documentos? La Iglesia lo habría hecho al amparo de una ley franquista que estuvo en vigor hasta el 2015. Esta ley permitió a los obispos actuar como si fueran notarios durante 68 años.
Por Joan Casajoana, responsable de inmatriculaciones de Unió de Pagesos, un robo en toda regla: “Lo que han hecho es una ilegalidad. Nos roban patrimonio histórico y cultural que es del pueblo de Catalunya.”
La Iglesia asegura que “no se actuó de forma arbitraria”: No ha habido apropiaciones indebidas. Si ha habido errores, los corregiremos.”
Los Obispados aseguran que cada vez que la Iglesia registraba un templo como propio “presentaba la documentación que probaba que era de su titularidad y que coincidía con el catastro”.
El Obispado de Vic dice que si ha habido errores son del registrador y Unió de Pagesos les acusa de hacer la vista gorda. El máximo responsable de su colegio, Vicente García, se desmarca de cualquier atisbo de complicidad con la Iglesia: “No hemos mirado hacia otro lado ni somos cómplices de nada. Los registros son públicos y siempre se ha actuado según la ley vigente.”
Distribución en el mapa
No hay comarca que se salve. El 63% de los municipios catalanes tienen inmatriculaciones, según el estudio de la Conselleria de Justicia de 2020 realizado por orden del Parlament.
Más de la mitad de las inmatriculaciones están en la demarcación de Lleida y pertenecen a la diócesis de Urgell. Le siguen, Barcelona, Girona y Tarragona.
Pocas reclamaciones
A medida que la información se ha ido haciendo pública, pueblos y ciudadanos han levantado la mano para poner en entredicho que ciertos bienes fueran de la Iglesia.
El proceso para hacer la reclamación patrimonial es muy pesado y eso llevó a la Generalitat a crear en el 2020 una oficina de mediación . Los obispados rehuyen.
A pesar del alboroto, hasta octubre de 2021, sólo 13 ciudadanos y un ayuntamiento han hecho requerimientos. Cinco usuarios han aportado documentación revisada, pero la Iglesia sólo ha contestado a dos y los ha desestimado sin asumir errores.
El último en entrar en este entramado ha sido el Sindic de Greuges (Defensor del Pueblo), que se ha propuesto sacar el agua clara. Parece que tendrá mucho trabajo.