
Rocío Monasterio (i), líder de Vox en la Asamblea de Madrid, felicita a la presidenta Isabel Díaz Ayuso durante la investidura de ésta / EFE
Ana Pardo de Vera, Público, 21 de junio de 2021
La “cultura de la muerte” es, según la presidenta de la Comunidad de Madrid, la herramienta favorita de la izquierda española. En su discurso de investidura de la semana pasada, Isabel Díaz Ayuso, con la brutalidad habitual de muchas de sus declaraciones-a veces tengo la impresión de que no es realmente consciente de lo que dice, pero sé que lo es, y mucho más ahora que se trata de asegurarse a la ultraderecha como aliada-, achacó a la izquierda auténticas barbaridades, más propias de los antepasados de Vox que de cualquier democracia: “¿Que molesta? Eutanasia. ¿Que me molesta el bebé? Aborto“.
Los datos de la Comunidad de Madrid, y a tenor de la contundente mayoría de Ayuso en la elecciones del 4 de mayo, desmienten categóricamente esta afirmación: la Comunidad de Madrid es la tercera región, solo por detrás de Catalunya e Illes Balears, en mayor número de abortos, así que teniendo en cuenta estas proporciones, en Madrid hay muchas mujeres que han votado a Ayuso y que han abortado haciendo uso de un derecho de todas las mujeres perfectamente asumido por la sociedad española y que pertenece al ámbito de decisión sobre nuestro cuerpo, solo nuestro. Es seguro, además, que haya padres, hermanos, familia o amigos de mujeres que han abortado y que han votado a Ayuso. Sí, el comentario de la presidenta es tan desmedido como hipócrita e injusto.
Hasta el Gobierno de Mariano Rajoy desistió de endurecer la ley socialista, abrumado por las presiones de los lobbies ultracatólicos y la propia Conferencia Episcopal. La presión social metió en el cajón la conservadora pretensión del ministro de Justicia y le costó el puesto a éste, Alberto Ruiz-Gallardón, que pasó de ser el falso progre del PP a mostrar su cara más reaccionaria y machista (“La libertad de maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres“, dijo el progre en el Congreso sin que sus diputadas se sonrojaran siquiera un poco).
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