El nuevo año, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática, traerá el cambio de nombre de dos colegios públicos asturianos

Un colegio en Llaranes, el  Apolinar García Hevia, y otro en Gijón, el Julián Gómez Elisburu, cambiarán sus nombres a principios del próximo año.

Colegio Público Apolinar García Hevia, Avilés — Calle la Toba, teléfono 985 57 35 11

Colegio Público Apolinar García Hevia, Avilés — Calle la Toba

La Nueva España, 17 de diciembre de 2020

El colegio Apolinar García Hevia pasará a denominarse La Toba

“Por fin un delator de maestros de la República dejará de dar nombre a un centro”, señala la directora general de Memoria Democrática

El colegio de La Espina, en Llaranes, dejará de llamarse Apolinar García Hevia en cumplimiento de la ley de memoria democrática. En próximas fechas, esa denominación será sustituida por La Toba, según manifestó ayer la directora general de Memoria democrática, Begoña Serrano. Ese nombre era una de las dos alternativas propuestas por el centro educativo para adaptar la nomenclatura franquista a la normativa actual. “Por fin, un delator franquista de maestros y maestras de la República dejará de dar nombre a un centro educativo, nos alegramos pero el hecho de delatar a docentes generó su represión”, indicó la responsable autonómica.

La Toba será la nueva denominación del colegio y recibirá la misma que la escuela de primer ciclo de Infantil situada a pocos metros así como ocurre con las instalaciones deportivas y el entorno en el que está ubicado el centro educativo de Infantil y Primaria. Es más, hay personas que identifican al colegio que, por el momento, sigue llevando el nombre de Apolinar García Hevia como “el colegio de La Toba”, que es precisamente como se llama la calle de entrada al centro escolar. La alternativa desechada estaba relacionada con el nombre de una mujer, que convertiría al centro en el único con nomenclatura femenina de la ciudad.

Este proceso comenzó a finales del curso pasado. Fue entonces cuando el consejo escolar planteó las alternativas posibles que han sido analizadas por el Ayuntamiento y el Principado antes de decidir que la nueva denominación oficial del centro sea Colegio público de La Toba.

Una de las maestras que delató Apolinar García Hevia fue Isabel Palacio Fernández, miembro del Partido Socialista de Avilés desde el 2 de diciembre de 1936. Tras caer Asturias en manos de las tropas franquistas en 1937, Palacio se traslada a Valencia, que aún estaba en zona republicana. Al final la guerra en toda España en 1939, Palacio regresa a Asturias y el 19 de diciembre de ese año es condenada a veinte años de cárcel, de los cuales cumplirá tres en diferentes prisiones españolas. Tras salir de prisión y a pesar de haber sido expulsada del magisterio, Isabel Palacio imparte clases de apoyo desde su domicilio en Valliniello.

Alumnos del Elisburu, en una actividad en el patio del centro, en una imagen de archivo. | Juan Plaza

Alumnos del Elisburu, en una actividad en el patio del centro, en una imagen de archivo. | Juan Plaza

La Nueva España

En Gijón el Elisburu pasará a llamarse en enero colegio Pumarín

El Julián Gómez Elisburu pasará a llamarse el próximo mes de enero Colegio Público Pumarín. Con ello, se dará cumplimiento a una demanda formulada por los representantes del Ateneo Obrero de Gijón, la Federación Asturiana de Memoria y República y la Asociación “Lázaro Cadenas”, unidos en la Plataforma Memorialista de Xixón, que llevan años pidiendo que el centro deje de llevar el nombre del jefe de la Falange en la ciudad durante los años cuarenta. La decisión aún no ha sido comunicada oficialmente por el Principado a la dirección, pero según ha podido saber este periódico ya está tomada.

El cambio de nombre cuenta con el visto bueno del Ayuntamiento y del propio centro, que planteó varias alternativas para evitar una nueva denominación que supusiera un desarraigo con el barrio. No en vano, generaciones enteras conocen el centro como “el Elisburu”. Por eso, una primera propuesta del equipo directivo fue precisamente la de llamar al colegio con ese nombre a secas, eliminando el “Julián Gómez”. Pero esta alternativa no convenció al Ejecutivo autonómico y fue necesario repensar una nueva denominación con la que dar cumplimiento a la recomendaciones de la comisión de expertos en memoria histórica.

El equipo directivo del centro, liderado por Luisa María Lendinez, propuso entonces el nombre de Colegio Público Pumarín, de manera que “no se pierda la entidad de barrio, que todo el mundo pueda seguir asociando el colegio a su entorno y no haya una sensación de desarraigo”. Otros intentos anteriores de cambiar la nomenclatura se toparon con la oposición frontal del centro y las familias, convencidos de que el nombre ya estaba lo suficientemente arraigado en el barrio después de 47 años y con la certeza de que pocos vecinos perciben ya la connotación falangista de esa denominación, especialmente las familias más jóvenes.

Incluso se llegó a realizar hace años una encuesta entre las familias en la que quedó meridianamente claro que no querían un cambio radical de denominación, sino mantener “Elisburu” y eliminar el nombre y el primer apellido del falangista. Una propuesta que finalmente no ha salido adelante y para la que se ha buscado la mejor solución posible en consonancia con la filosofía del barrio.

Las familias de los alumnos serán informadas oficialmente a primera hora de hoy de este cambio, a falta de los últimos trámites con la Consejería y con la intención de empezar el año nuevo ya como Colegio Público Pumarín. Incluso se han diseñado unas postales navideñas con un juego de palabras para que los niños y sus padres vayan acostumbrándose al nuevo nombre.

El falangista desaparecerá así de la nomenclatura de Gijón tras casi medio siglo dando nombre al centro, levantado en 1973. Gómez Elisburu, nacido en Bilbao, pero afincado en Gijón, fue durante dos años Jefe Local del Movimiento Nacional en la ciudad, durante ocho fue concejal y durante algún tiempo primer teniente de alcalde. Ocupó el cargo de Inspector Jefe Provincial de Primera Enseñanza en Asturias, en el año 1955 fue nombrado consejero nacional del Servicio Español de Magisterio y durante un tiempo ocupó la subdelegación de Información y Turismo en Asturias.

 

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