El Obispado de Ourense lo vendió a un director de banca en 2015, después de inscribirlo como su patrimonio | Particulares demandan la nulidad de la venta y defienden que la Iglesia lo traspasó “sabiendo que no era suyo”

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AG Tesouro, Faro de Vigo, / Proyecto Arga, 9 de noviembre de 2022
Fundado probablemente por Afonso III en el año 888, el antiguo monasterio benedictino de Santa Comba de Naves parece una fortaleza que ha perdido la batalla contra la maleza y la ruina. Sobre la puerta principal se encuentra el escudo del monasterio: una cruz atronadora, un compás y un círculo que sugieren su dependencia de San Salvador de Celanova, a la que fue anexado en 1499. Y pese a la resistencia opuesta durante algunos años, el 19 de marzo , 1513 León X decretó su anexión definitiva a la Congregación Benedictina de Valladolid.
El complejo fue reconstruido en 1760 y estuvo en funcionamiento hasta su desamortización en 1836, momento en el que sólo vivían allí cuatro monjes.
Los restos que se conservan en la actualidad se reducen a varias estancias inundadas de rocas y colonizadas por una frondosa vegetación. Y aunque el edificio constaba de varias alturas, hoy en día solo se puede visitar la planta baja, ya que las plantas superiores han desaparecido por completo, quedando en algunas zonas únicamente los muros exteriores que las cubrían.
La naturaleza sostiene ahora los vestigios del cenobio de Santa Comba de Naves, en la localidad de Palmés, en el Concello de Ourense. Mientras sus muros todavía resisten al imparable avance de la naturaleza, la titularidad de la propiedad está en entredicho después de la aparición de unos papeles, que supuestamente, certificarían que el Obispado de Ourense vendió el inmueble sabiendo que no era suyo.
El Obispado de Ourense vendió el monasterio de Santa Comba de Naves el día 22 de diciembre de 2015 al empleado de banca pontevedrés Ramón Blanco Reinosa, que pretendía fijar su residencia en Galicia, después de permanecer varios años trabajando en Estados Unidos, como operario del Banco de Santander. Leonardo Lemos indicó que el detonante de la venta de los restos del monasterio de Santa Comba de Naves ha sido que les ha llegado “una denuncia”, por parte de la administración, “por la situación de ruinas en la que se encuentra”. Los responsables del departamento de economía del Obispado “hablan de la friolera de más de noventa años”, desde que el monasterio dejó de utilizarse. El obispo Lemos reconoció que la Diócesis se encuentra en “una situación económica agobiante”.
El lugar, en una parroquia del ahora Concello de Ourense, tras la desamortización, quedó abandonad, hasta que, en 1906 y mediante subasta, el tatarabuelo de Artur Iglesias se hizo con él por 9.200 reales (2.300 pesetas, menos de 14 euros de la época), según figura en un documento de compraventa al que ha tenido acceso El Diario.La familia Iglesias litiga ahora con su actual propietario, que lo adquirió en 2015. ¿Los vendedores? La Diócesis de Ourense, que lo inmatriculó ese mismo año, solo 15 días después de asegurar al Gobierno gallego que no era suyo.
El Juzgado de Instrucción Nº1 de Ourense determinará el próximo 15 de noviembre (o no), la apertura de juicio sobre la titularidad del cenobio, después de que la parte demandante recibiera unos papeles “esenciales” que demostrarían que la Diócesis de Ourense demandó el inmueble al director del Banco Santander en Chile, Román Blanco, por 75.000 euros. Fuentes familiares de la demandante alegan que “la demanda se hizo en junio de 2021, porque recibimos unos documentos de la administración pública que certificaba que a escasos meses de que se vendiera, la Diócesis reconocía que no era suyo”.
La Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta requirió de la titularidad del cenobio y la parcela de 8.000 metros cuadrados para su limpieza y el Obispado respondió que “no es propiedad de la Diócesis de Ourense y por lo tanto no es responsable del abandono o de la maleza”. Eso fue el 15 de abril, pero dos semanas después según el Registro de la Propiedad, el monasterio ya formó parte del patrimonio de la Iglesia, aunque un requerimiento del Concello para limpiar la parcela, el Obispado siguió argumentando que “no consta que el bien que indican mar propiedad de la Diócesis”.
El ente religioso vendió el inmueble en diciembre de 2015. Es decir, seis y cuatro meses antes respectivamente de firmar el contrato de compraventa, la Diócesis de Ourense no tenia conocimiento de que el bien era suyo. Sin embargo, lo inmatriculó conforme al artículo 206 Ley Hipotecaria, actualmente reformado, que permitía a la Iglesia inscribir bienes que suyos únicamente mediante la certificación eclesiástica, cuando no tuvieran título escrito de propiedad.