El municipio alicantino de Calp ha sumado recientemente el último de los nombramientos que convierten a una imagen religiosa en alcaldesa perpetua. Europa Laica contabiliza más de 300 honores a entes religiosos otorgados por parte de las Administraciones Públicas a lo largo de un Estado que se constituye como aconfesional.

La alcaldesa de Calp, Ana Sala, entregando la vara de mando a la Mare de Déu de les Neus el pasado 4 de agosto
Héctor Serra, Público, 11 de agosto de 2019
Varas de mando entre los brazos de las imágenes de Vírgenes, Cristos y santos. Funciones de la administración del Estado transferidas simbólicamente a la divinidad. Entronización política de las patronas de los municipios, proclamadas alcaldesas perpetuas u honoríficas. Cualquiera pensaría que este tipo de designaciones eran más propias del fanatismo religioso imperante en la España nacionalcatólica del régimen franquista. Sin embargo, el mayor número de tales distinciones ha venido tras la muerte del dictador. Tan solo en lo que llevamos de año, Europa Laica ha contabilizado ocho honores o distinciones a entes religiosos por parte de las Administraciones Públicas.
El último episodio ha tenido lugar en Calp. Con motivo de la festividad de la Mare de Déu de les Neus, el pleno nombró el pasado 2 de agosto alcaldesa perpetua “con todos los honores y respetos” a la patrona de la localidad alicantina, con los votos favorables de PP y Ciudadanos. Los de la gaviota calificaron como un “acto de igualdad entre sexos” esta designación, ya que a esta virgen se le ha atribuido el mismo rango que al otro patrón del pueblo, el Santíssim Crist de la Suor, nombrado alcalde perpetuo en 1949.
Ana Sala, primera edil e impulsora de la moción, entregaba unas horas más tarde la vara de mando a la imagen religiosa en sede eclesiástica. Materializaba así una de sus primeras ideas al frente de la alcaldía, que ostenta desde el pasado 15 de junio. Durante la legislatura precedente, como portavoz y concejal del PP en la localidad de la Marina Alta, Sala ya consiguió avivar diversas polémicas en diferentes ocasiones. Entre ellas, cabe recordar su propuesta de bautizar cuatro nuevas calles de la localidad con el nombre de los cuatro primeros alcaldes franquistas, sin olvidar sus exóticas declaraciones en redes sociales sobre la etapa dictatorial: “Ni dictadura ni leches. Se vivía de maravilla”.