Proseguir como se está y “no meneallo”, es anticristiano, por llevar consigo la canonización de sistemas injustos y atentatorios contra en Evangelio, contra la Iglesia y contra el pueblo. Nos quedan por recorrer largos y tomentosos kilómetros de folios judiciales.
Antonio Arenillas
Antonio Arenillas, Religión Digital, 20 de agosto de 2019
(Gracias sean dadas a Dios, tanto las campanas, como las campañas, en los alrededores de las llamadas “inmatriculaciones” por parte de la Iglesia, no tocarán más a silencio…)
Triste y dramáticamente hay que reconocer que una buena parte del listado de titulares periodísticos con carácter escandaloso con que cuentan los medios de comunicación social, sobre todo en los últimos tiempos, se corresponden con noticias eclesiásticas o para- eclesiásticas. Un día sí, y otro también, los usuarios de estos medios, en su diversidad de presentaciones técnicas, se ven obligados a participar de hechos y acontecimientos en los que la Iglesia, y más su jerarquía, actúan y son señalados como sus protagonistas.
El mito pudo tal vez haber respondido a situaciones reales, pero los sistemas democráticos vigentes, la santa libertad de expresión, el funcionamiento del sistema judicial, aún con sus limitaciones, Constituciones, Concordato y leyes, defienden la verdad de modo y manera tan suficientes como para poder reafirmar la convivencia también en las cercanías del ámbito religioso. Culpar hoy a la prensa de todo, o de casi todo lo malo, no tiene consistencia alguna. Los hechos son los hechos y la prensa se limita a hacerlos públicos, sean del agrado o del desagrado de pocos o de muchos.
El capítulo de la pederastia, de los abusos y abusadores en la Iglesia, dio y da tanto de sí como para concluir que aún falta por desvelar no pocas de las circunstancias que lo agravan y agravian a personas perjudicadas, a sus familias y a la entidad, que encarnaban y en cuyo nombre actuaban, o decían actuar.
Casi en vísperas de que se abran en España las páginas de los capítulos intitulados con el barbarismo de las “inmatriculaciones”, el archivo de los titulares mediáticos apenas si dispondrá de palabras y “palabros” para su correcta exposición y entendimiento.