El Arzobispado de Oviedo ha inmatriculado camposantos en los últimos años, entre ellos el de Pola de Siero. La controversia sobre la propiedad de estos recintos tiene implicaciones legales

Cementerio de Pola de Siero
Susana D. Machargo, La Voz de Asturias, 26 de junio de 2018
La Iglesia vende tumbas y nichos en los cementerios para enterrar a los muertos. ¿Pero quién es el propietario de ese suelo? ¿A quién corresponde la titularidad de un recinto que presta un servicio público? El Arzobispado de Oviedo escrituró en los últimos años diferentes camposantos, entre ellos los de Vega de Poja y Pola de Siero, ambos en el concejo de Siero, el primero en el año 2010 y el segundo en el 2011. Con ambos siguió el proceso de inmatriculación permitido por la ley hasta junio de 2015, cuando el Congreso anuló ese artículo. Una reforma de la Ley Hipotecaria de José María Aznar, de 1998, permitía a la Iglesia inscribir a su nombre propiedades. Solo era necesaria la certificación del obispo. No tenía que pagar transmisión patrimonial ni tampoco hacerlo público por edicto.
Los cementerios conforman un capítulo curioso de todo ese proceso de inmatriculaciones que en España pudo alcanzar hasta 40.000 propiedades y que en Asturias todavía carece de cifras concretas. El cementerio es un servicio público que deben prestar los ayuntamientos, según marca la legislación española. Sin embargo, en comunidades como el Principado hay más camposantos de la Iglesia católica que públicos, tal y como consta en la Fiscalización de la gestión de los servicios funerarios y de cementerios, realizado por el Tribunal de Cuentas en el año 2006. No es así en todas las comunidades pero sí en el noroeste del país. Lo que pasa es que no todos estaban inscritos de manera legal, así que el Arzobispado aprovechó el proceso abierto por Aznar para regular su situación.
Eso parece que sucedió con los dos citados, el de Vega de Pola y el de Pola de Siero. Vega de Poja es una pequeña parroquia que limita con la capital del concejo de Siero. La Iglesia inmatriculó de una tacada el 24 de septiembre de 2010 diversas bienes, entre ellos el cementerio, que tiene una superficie de 928 metros cuadrados, situado en el Llugarín y que limita con el campo del templo. Ese mismo día también registró ese campo de la iglesia, el manso de la rectoral de y una finca rústica en prado del Rebollar de 20.800 metros cuadrados. Tardó todavía seis meses más en hacer gestiones con el cementerio de San Pedro de Pola de Siero. Está inscrito el 4 de abril de 2011, también por proceso de inmatriculación, es decir, solo con la certificación de la Iglesia en la que dice que ese terreno es suyo.
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