La misa del Día Grande en Gijón, una «tradición ancestral» según Fidel Gil, se celebró sin miembros del equipo de gobierno

Palabras de agradecimiento del párroco a los miembros del Ayuntamiento presentes y “reprimenda” a los ausentes

Miembros del Ayuntamiento asistentes: Por la izquierda, Ángela Pumariega, Eladio de la Concha, Laura Hurlé, Jesús Martínez Salvador, Montserrat López Moro, Alberto López-Asenjo y Ángeles Fernández-Ahúja, ayer, en la iglesia de los Carmelitas. | Ángel González – LNE

Eugenia García, El Comercio / Foto La Nueva España, 16 de agosto de 2022

La iglesia de Nuestra Señora de Begoña, de los padres carmelitas, volvió ayer a reunir a decenas de personas deseosas de honrar a la patrona de la ciudad, aunque con menor afluencia que otros años. Y, como ocurriera desde 2019, ningún miembro del equipo de gobierno ocupaba los bancos reservados a las autoridades. La corporación municipal quedó representada por Jesús Martínez Salvador y Montserrat López Moro (Foro); Ángela Pumariega y Ángeles Fernández-Ahuja (PP); Eladio de la Concha y Laura Hurlé (Vox) y el concejal no adscrito, Alberto López-Asenjo, situados en la primera fila.

A los miembros del Ayuntamiento presentes «y a los que no han podido venir por motivos de salud» -Mara Simal, de Ciudadanos- dedicó el párroco Fidel Gil unas palabras de agradecimiento. «Iluminados por su fe, animados por su compromiso cristiano y motivados por el amor y la devoción a la Virgen de Begoña, han venido a honrar a la patrona». Pero el mensaje iba más bien destinado a los ausentes, porque quiso el párroco remarcar que aquellos que sí estaban en la misa del Día Grande «siguen tradiciones ancestrales que, lejos de agitar y conflictuar la convivencia ciudadana, la pacifican y fortalecen, porque el evangelio que asumimos como creyentes se vuelve compromiso de justicia, paz y fraternidad para con nuestra ciudad». Una por la que velan el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y la Comandancia de Marina, también representadas en la eucaristía.

Fue el obispo auxiliar de Santa Cruz de la Sierra, Braulio Sáez, el encargado una vez más de oficiar la ceremonia. Puso a la Virgen como «un modelo de fe; la mujer que escucha, ¡qué difícil es ponerse de acuerdo y escuchar unos a otros!». También «de la palabra y la contemplación». Es, recalcó, «la mujer del diálogo: si hay algo que debemos promover es el diálogo, para entendernos y para buscar la verdad». Y felicitó «a todas las madres».

Durante la misa se pidió «por Gijón, por una ciudad acogedora, de corazón universal, puertas abiertas, próspera y jovial». La nota musical corrió a cargo del coro Costa Verde y los miembros de la agrupación folclórica Xiringüelu llevaron al altar las ofrendas: una bandera de la ciudad, unos periódicos «que recogen la realidad que vivimos cada día», pan y vino y un ramo de flores. «¡Viva la Virgen de Begoña! ¡Puxa Xixón!», exclamaron los feligreses, antes de corear la ‘Salve marinera’

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