“Es justo que alcemos nuestra voz para reivindicar una ley de educación que no sea liberticida, sino respetuosa con los primeros depositarios de la tutela y responsabilidad educativa como son los padres de nuestros niños y jóvenes”

Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo / Fuente foto
Sanz Montes no podía dejar de sumar su voz a la de distintos obispos, -como hizo también la CEE- contra la LOMLOE. Y lo hace en su línea.
En su carta pastoral fechada el domingo 21 y publicada en la web del Arzobispado, entre otras “perlas” sobre el sentido de la educación, define la LOMLOE como una ley “liberticida” que impone un “estalinismo doctrinario”, “… cuyos referentes son conocidos en países que con enorme sufrimiento y descalabro entre las dictaduras más invasoras, más excluyentes…”
Educar es un riesgo… apasionante
Estamos en una etapa en la que tratamos de recuperar el tiempo perdido inevitablemente por causa de esta circunstancia pandémica. Una de las cuestiones pendientes es la educación y su ley gubernamental, que miramos con enorme preocupación por los modos, censuras e imposiciones que apuntan sus peores maneras. Educar es un riesgo, pero algo hermoso, tal vez lo más bello que hay en la responsabilidad de unos padres, de unos maestros, de unos sacerdotes y religiosos. Educar no es domesticar, sino acompañar con respeto en el descubrimiento de la vida en todos sus factores y saberes, sugiriendo cuestiones, señalando caminos y aprendiendo de los verdaderos educadores que han sembrado semillas de bien, de belleza y de verdad, en el corazón y en la inteligencia de los que se les ha confiado por motivos familiares, escolares o religiosos.
La educación verdadera no tiene prejuicios ni pretensiones, sino el deseo humilde de transmitir respetuosamente lo que ha sido importante en la propia vida de unos padres, unos maestros, unos religiosos y sacerdotes. Esto es lo que llamamos tradición cultural que, si es verdadera, no será nunca ideológica. No sucede así con las pretensiones de quienes, desde la política más partidista, quiebran esta libertad en aras del control de las futuras generaciones viendo en ellas una herramienta torticera de perpetuación o de arrebatamiento de una prole tierna en sus convicciones, vulnerable en sus principios, y manipulable en sus sentimientos. Esto explica cómo ha habido y sigue habiendo esta intencionalidad de hacerse con el control más usurpador, la maniobra más despótica, de quienes ven en la educación un instrumento de poder cercenando la libertad sacrosanta de los padres y hasta de los mismos niños y jóvenes en cuestión. Lee el resto de esta entrada »