José Ramón Garcés, quien fuera ecónomo de la Diócesis, cifró en su día a preguntas de ELCOMERCIO (en 2013) en «unos 16.000 los bienes inmuebles de la Iglesia repartidos por toda la región».

Javier Suárez, rector de la Basílica de San Juan El Real. / MARIO ROJAS
Azahara Villacorta / Rosalía Agudín, El Comercio, 19 de febrero de 2021
Donde otros ven un gran negocio inmobiliario, el Arzobispado de Oviedo únicamente observa que «el procedimiento y el criterio» de los bienes inmatriculados por la Iglesia asturiana «se ajustan totalmente a la ley» después de que el Gobierno central hiciese público un informe que refleja que, entre 1998 y 2005, solo en Asturias, fueron 549 los elementos registrados a su nombre. Una cifra que las asociaciones que lideran la reclamación de esos bienes elevan en el Principado a 1.500 si nos remontamos a 1946, mientras que en todo el Estado rondarían los 100.000. Entre ellos, el Prerrománico asturiano, la Mezquita de Córdoba o la Giralda.
Un argumento al que el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, añadió ayer otro, asegurando que, en el proceso de las inmatriculaciones, la Iglesia tiene la «garantía de los registradores de la propiedad».
Argüello señaló, además, que la Iglesia, a lo largo de la historia, ha sido depositaria de muchos bienes, «la mayoría relacionados con el culto», pero también donativos y herencias. «En todo caso, el informe presentado por el Gobierno dice que estos bienes se han inmatriculado conforme a derecho y tenemos, además, la garantía de los registradores de la propiedad del proceso».
Aunque el obispo subrayó también que, si se diera la situación de que alguno de esos bienes («que serán minoritarios», aventuró) se hubiera inmatriculado y en la actualidad sea de dominio público, «en ese caso, evidentemente es fácil poderlo abordar y restablecer lo que hubiera que hacer desde el punto de vista de la inmatriculación».
En total, según el informe, la Iglesia registró a su nombre en España un total de 34.961 bienes entre 1998 y 2015. Son 20.014 templos o dependencias complementarias y 14.947, fincas «con otros destinos (terrenos, solares, viviendas, locales, etcétera)». Yla cifra clave en el epicentro de la polémica son los 30.335 bienes que fueron registrados con una simple certificación eclesiástica. Olo que es lo mismo:solo con la afirmación del obispo, sin aportar ningún título. En Asturias, son la inmensa mayoría, porque 517 se registraron gracias a esa certificación eclesiástica y solo 32 aportaron para su registro un título diferente.
Hay que remontarse al franquismo para conocer el origen de las facilidades para la Iglesia católica a la hora de registrar a su nombre inmuebles, incluso de dominio público, que parten de un ley de 1946, se ampliaron en 1998 con la posibilidad de inmatricular también los lugares de culto y se eliminaron definitivamente con la última reforma de la Ley Hipotecaria, en 2015.
«Aunque, por ejemplo, San Julián de los Prados, un templo con culto, fue inmatriculado en 1981, cuando la ley aún no lo permitía, porque la Iglesia actuó con la connivencia de los registradores, que lo dieron todo de paso», denunció José María Rosell, portavoz de la asociación Recuperando.
Unos años en los que la Iglesia asturiana puso a su nombre templos como el ovetense de San Juan El Real, donde se casaron Franco y Carmen Polo y hoy convertido en basílica, cuyo rector, Javier Suárez, explica: «La iglesia estaba antes donde hoy está la Junta General, que era el Convento de San Francisco. Al quitarnos de allí, se compró el terreno donde se ubica actualmente la basílica y su titular es la Diócesis. No creo que reclame nadie la propiedad ahora».
16.000 bienes en Asturias
O Santa María La Real de La Corte, cuyo párroco, José Ramón Garcés, precisa que «la parroquia es de la Iglesia. Fue adquirida por el Arzobispado y, por lo tanto, es lógico que esté a su nombre. Anteriormente, perteneció al Monasterio de San Vicente, luego llegó la desamortización y después se compraron los terrenos donde está hoy». Garcés, quien fuera ecónomo de la Diócesis, cifró en su día a preguntas de ELCOMERCIO en «unos 16.000 los bienes inmuebles de la Iglesia repartidos por toda la región».
Y, en la lista de los inmatriculados, figuran, por ejemplo, Santa Cristina de Lena, inscrita hace solo una década, en 2010. O la iglesia de Tresali (Nava), construida con donativos de los vecinos; parte del monasterio de Santa María, en Villanueva de Oscos, BIC desde 1998 y que el Principado ha ido comprando por zonas; o la capilla de San Juan Bautista, en Cenero, joya de la arquitectura románica. Además, también en Gijón, el Arzobispado se hizo con las casas rectorales de Cenero y Roces, una ermita, un terreno y la iglesia de San Lorenzo, cuyo párroco, Jorge Cabal, partidario de «esperar a que se clarifique todo», zanjó: «El Gobierno ha tomado una decisión y esa decisión se ajusta a la ley».
«La Iglesia asturiana tiene 16.000 bienes inmuebles repartidos por toda la región»
Azahara Villacorta, El Comercio, 29 de diciembre de 2013
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-¿Qué pasó con su plan para vender y alquilar el patrimonio ocioso del Arzobispado?
-Hacemos lo que podemos. Se va vendiendo alguna cosita, pero no con la euforia con la que se vendía hace años. Y, a la hora de alquilar, hay que tener en cuenta que tenemos un patrimonio muy envejecido. El mercado está como está.
–¿Ya han concluido el inventario de bienes de la Iglesia asturiana?
-No, pero ya están inventariados más de dos tercios de la diócesis.
-¿Puede avanzarnos algo?
-Nosotros calculamos que tenemos unos 16.000 bienes inmuebles repartidos por todas la región. Templos, capillas, santuarios, casas rectorales, cementerios, fincas, huertas… Ahí lo estamos contando todo. Un pequeño huerto de berzas en el pueblo más remoto también cuenta. Eso vale muy poco, pero también cuenta.
-Un patrimonio impresionante…
-Nosotros tenemos mucho pedigrí, pero poco ‘cash’.
-Nunca antes se había hecho.
-Se habían hecho tantos intentos que, al final, esto tienes que ponerlo en manos de profesionales, porque aquí no tiene tiempo nadie. Fíjate que llevamos cinco años. Se ha encargado a una empresa y lo que se intenta es peinar cada parroquia y cada arciprestazgo para que aflore todo lo que es de la Iglesia y que, en muchos casos, está perdido o abandonado. O se ha perdido la memoria. Por eso recurrimos a los viejos.
-¿Cuál es el objetivo?
-Tener un registro informatizado que te permita una visión global. Cada bien tiene su ficha, con un montón de campos. Incluso con su valoración catastral y mercantil, si es que se tiene alguna. Es una labor que, cuando la inicié, compañeros míos de otras partes de España me decían: «No sabes dónde te metes». Puedes sacar en seguida la conclusión: la Iglesia es riquísima.
-Allá voy: luego la Iglesia asturiana es riquísima.
-Sí, sí. Es una cifra muy llamativa, pero ese patrimonio es un patrimonio que, solamente cuidarlo y mantenerlo, muchas veces empobrece. Porque las fincas hay que limpiarlas, por ejemplo. Solo en Asturias hay 3.000 capillas. ¿Iglesias parroquiales? 950. ¿Casas rectorales? 800. ¿Cómo valoras eso? Ahora mismo se ha quemado Santa María de La Barca, en Muxía. ¿Qué te queda ahí? Llorar. Porque eso es irrecuperable. Eso tiene un valor patrimonial importantísimo, lo cual no quiere decir que tenga un valor mercantil.
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