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Luis Fernández, El Comercio, 17 de marzo de 2023
Un principio fundamental en una sociedad democrática es la separación entre las diferentes religiones y los poderes del Estado. La sociedad debe regirse por la voluntad de toda la ciudadanía y no por la presión de una determinada comunidad religiosa. La separación Iglesias/Estado es un primer escalón imprescindible para un funcionamiento democrático.
Resulta por ello escandalosa la afirmación (aparecida en este diario[1]) de un determinado cargo de una comunidad religiosa de que [ante la aprobación en Junta de Gobierno del Reglamento de Laicidad] «hará llamadas a los grupos municipales». No es a sus fieles a los que va a transmitir sus criterios, ¡declara su intención de presionar a un poder del Estado!
El mismo autor se muestra como un experto analista político cuando afirma que adaptar a la vida municipal los mandatos constitucionales «no es un socialismo moderno». Eso sí, no parece haberse leído la ponencia marco del último congreso del PSOE que dice:
2463. La política de laicidad es la mayor salvaguarda del pluralismo. Un pluralismo que, por definición, se sitúa en el extremo opuesto de las concepciones únicas de verdad, dogma y fe, hundiendo sus raíces en la misma concepción de la democracia, porque esta no puede existir en ausencia de pluralismo.
2465. La imparcialidad institucional supone la separación estricta entre política y religión…
Más bien se presenta como un significado actor político que intenta introducir una cuña entre lo que supone que son dos ópticas del socialismo local para su debilitamiento. Con obvias intenciones.
Pero donde muestra todas sus capacidades es cuando afirma que el reglamento de laicidad «es de una ideología de lo más rastrera». En menos de una línea no solo presenta la concepción que tiene de las ideologías (lo que él predica es una verdad absoluta), sino que se decide a clasificarlas moralmente, lo que le permite afirmar que desarrollar un mandato constitucional para facilitar el respeto a todas y todos en el funcionamiento municipal es una actitud rastrera.
Luis Fernández González es presidente de Asturias Laica
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