La Mezquita de Córdoba es una de las joyas arquitectónicas de carácter islámico más importante del mundo. En su portentoso edificio aúna dos almas inseparables: es un templo católico a la vez que un manantial inagotable de historia y de arte andalusí. En los últimos años, sus administradores se han empeñado en mutilar y desnaturalizar sus señas de identidad originarias.
La prestigiosa revista sobre patrimonio histórico (Erph), que edita la Universidad de Granada, acaba de publicar un artículo sobre la cuestión firmado por Marta Jiménez, José David Luna y Aristóteles Moreno.

Una de las puertas de la Mezquita-Catedral de Córdoba, en una imagen de archivo / Europa Press
La publicación de la Universidad granadina, un referente a nivel nacional en publicaciones científicas sobre este ámbito, ha difundido un escrito de la Plataforma Mezquita-Catedral Patrimonio de Todos, que defiende una gestión pública del monumento y que explica en su artículo titulado La mezquita de Córdoba: Un caso de destrucción simbólica, lo que viene denunciando desde hace años sobre la actual gestión en manos de la Iglesia del monumento.
En el artículo, se recuerda la historia de la Mezquita de Córdoba y que fue incluida en 1984 en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco al reconocer cuatro criterios que justificaron su reconocimiento, todos ellos relacionados con su valor como ejemplo excepcional de la arquitectura islámica y andalusí en Occidente. Igualmente, se destaca que el monumento fue dedicado al culto católico en el siglo XIII y en el XVI incorporó una Catedral en su interior.
“Amputar sus señas de identidad”
Sin embargo, pone el foco en que “en las dos últimas décadas de nuestra centuria, sus actuales administradores han puesto en marcha un modelo de gestión que persigue amputar sus señas de identidad originarias”, lo que aseguran que amenaza el valor universal excepcional declarado por Unesco, con especial atención a las características incluidas en materia de autenticidad.
Así, el artículo examina lo que entiende como un caso de “mutilación simbólica del patrimonio”, en cierta manera análogo a la polémica conversión en mezquita de la basílica de Santa Sofía en Estambul impulsada por el presidente turco Recep Tayy ip Erdogan.
Entre los aspectos destacados, apunta al Cabildo Catedralicio del Obispado de Córdoba, órgano eclesiástico que gestiona el Conjunto Monumental Mezquita Catedral y que “emprende a principios del siglo XXI una intensa tarea para elaborar un discurso patrimonial basado, únicamente, en los elementos propios de la cultura católica”. Sobre esa tarea, se recuerda el intento de eliminar el nombre de Mezquita del monumento al que llegó a denominar solo como Catedral, la intensificación de la actividad religiosa en el edificio, la sobreexposición de la dimensión católica del monumento y, asimismo, la destrucción de una celosía en el muro norte, para hacer una segunda puerta para los pasos de las procesiones de Semana Santa.
Con todo ello, recopilan una serie de acciones y aspectos que, según considera la Plataforma Mezquita-Catedral Patrimonio de todos, vulneran los criterios que justificaron la inscripción del monumento cordobés en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
Entre sus conclusiones, el colectivo patrimonialista alude a que “el patrimonio arquitectónico es portador de valores históricos, culturales y artísticos que deben ser preservados por sus gestores y, sobre todo, por la administración competente”, en este caso la Junta de Andalucía, “obligada por Ley a su vigilancia y tutela”.
En este contexto y a juicio de la plataforma, hay que tener en cuenta que “dichos valores no se encuentran únicamente depositados en la materialidad de los edificios, sino también en sus bienes intangibles, fundamentales para entender correctamente su profundo significado histórico y cultural”.
El caso de la Mezquita de Córdoba “revela hasta qué punto la falsificación simbólica, la mutilación narrativa, la adulteración histórica y, en general, la manipulación intencionada de su identidad puede dañar gravemente su integridad y autenticidad”, pues sus valores son “ignorados sistemáticamente” por los actuales gestores del monumento.
Por último, el colectivo ha insistido en la urgencia de redactar, “con la máxima transparencia”, un Plan Director para el monumento, “que blinde su gestión, la profesionalice, fije criterios científicos rigurosos, establezca parámetros claros de interpretación, difusión y musealización y proteja su significado inmaterial”.
De hecho, para la plataforma, “la arbitraria administración de la Mezquita ha sido posible por la ausencia durante más de 20 años de un Plan Director que regule los usos y actividades que se desarrollan en el monumento”.
La Mezquita de Córdoba: un caso de destrucción simbólica del patrimonio
Resumen
La Mezquita de Córdoba fue incluida en 1984 en la Lista de Patrimonio Mundial UNESCO. La organización internacional fijó cuatro criterios que justificaron su reconocimiento, todos ellos relacionados con su valor como ejemplo excepcional de la arquitectura islámica y andalusí en Occidente. Iniciado en el siglo VIII por Abd alRahman I, el universal monumento fue dedicado al culto católico en el siglo XIII y en el XVI incorporó una Catedral en su interior. En las dos últimas décadas de nuestra centuria, sus actuales administradores han puesto en marcha un modelo de gestión que persigue amputar sus señas de identidad originarias, lo que amenaza el Valor Universal Excepcional declarado por UNESCO, con especial atención a las características incluidas en materia de autenticidad. Este artículo examina lo que entiende como un caso de mutilación simbólica del patrimonio, en cierta manera análogo a la polémica conversión en mezquita de la basílica de Santa Sofía en Estambul impulsada por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan …
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