…La performance de algunos sacerdotes es de la misma hechura que aquellas supersticiones que practicaban las tribus en los albores de la humanidad…

Un párroco cacereño bendice el pueblo desde el tejado de la iglesia / Fuente
Víctor Moreno, Nueva Tribuna, 5 de mayo de 2020
Ni por asomo iba a pensar que algunos sacerdotes de distintas diócesis se lanzarían a las calles de pueblos y ciudades con el hisopo en ristre hisopando todo lo que se encontraran a su paso, pretendiendo de esta guisa terminar con el bicho del coronavirus, al igual que quien, manejando una sulfatadora, rociase un patatal para matar la presencia del escarabajo.
Pero estos sacerdotes y los obispos que les permiten semejante actividad ridícula, ¿de dónde han salido? ¿Son de hoy? ¿No habrán sido trasladados desde la Edad Media a nuestros días por arte de una abducción?
¿Cómo es posible semejante disparate? Y la policía de los alrededores, ¿en qué alrededores se encontraban que no les echó la voz de alto, pues estaban infringiendo las reglas del confinamiento establecidas por el gobierno?
La performance de algunos sacerdotes es de la misma hechura que aquellas supersticiones que practicaban las tribus en los albores de la humanidad
He esperado a ver si algún obispo les ha dicho que su acción estaba fuera de lugar, no solo por el ridículo que estaban haciendo, sino porque su performance era de la misma hechura que aquellas supersticiones que practicaban las tribus en los albores de la humanidad y en la que un hechicero rociaba humanos, chozas y animales utilizando plantas de hinojo previamente hundidas en un recipiente de agua para ahuyentar así lo que llamaban malos espíritus.
Oigo el reproche. Los hechiceros antiguos usaban agua del manantial, mientras que los actuales brujos con bonete, perdón, los sacerdotes católicos de hoy utilizan agua bendita. Y es bendita porque previamente la bendice un sacerdote. Vale. Pero sigue siendo agua con un poco de sal ¿no? Pues que se sepa fue el Papa Alejandro I (papa desde el 106 al 115) el que institucionalizó el uso de agua “bendita” dentro de la iglesia católica. Y la primera composición de agua bendita estaba compuesta de agua del grifo y sal, no sé si fina o gruesa. Y, ahí, sigue la misma composición. Obviamente, nadie como el cura conoce cuál es la composición de esta agua. Y sabe, mejor que nadie, que es inodora, incolora e ¿insípida?- dejémosla estar- y que hay que ser un tanto covidiota para pensar que curará cualquier patógeno o enfermedad. Read the rest of this entry »