Las declaraciones de nuncio –”algunos dicen que Franco ha liberado a España”– agitan el debate en torno a la postura de lavarse las manos de la Conferencia Episcopal

El exnuncio Renzo Fratini, que se sitúa equidistante entre quienes llaman “dictador” a Franco y quienes creen que “liberó a España de una guerra civil” / Foto
Ángel Munárriz, InfoLibre, 7 de julio de 2019
A menudo se olvida: la Iglesia española, además de una organización atomizada en más de 40.000 terminales por todo el territorio nacional, es la delegación local de un Estado extranjero, el Vaticano, con el que mantiene una singular relación bilateral que le da un acceso privilegiado a las aulas, las arcas y las almas de nuestro país, como señala Ángel Luis López Villaverde, profesor de Historia Contemporánea, en El poder de la Iglesia en la España contemporánea (Catarata, 2013). Ese Estado extranjero, de carácter teocrático, tiene en el papa a su jefe supremo. Y ese jefe supremo, hoy Jorge Mario Bergoglio, conocido como Francisco, tiene su primer representante diplomático en España en la figura del nuncio, valedor de los intereses y voz aquí del Estado vaticano. Pues bien, el que hasta esta misma semana ha sido nuncio del Vaticano en España,Renzo Fratini, afirmó antes de certificar su salida del cargo que el Gobierno español “ha resucitado a Franco” por intentar exhumar sus restos del Valle de los Caídos.
Las palabras de Fratini han provocado una queja del Gobierno de España, que ha pedido al Vaticano que lo desautorice y ha denunciado una “injerencia” por parte del diplomático vaticano. La reacción de la vicepresidenta Carmen Calvo ha sido calificada por la jerarquía católica como “impresentable” y “amenazante”. Fratini había dicho: “Dejarlo en paz [a Franco] era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil”. Y añadió: “A Franco algunos lo llaman dictador, algunos dicen que ha liberado a España de una guerra civil, que ha solucionado un problema. No continuemos peleándonos sobre si tenía razón o culpa”.
Ni el Vaticano lo ha desautorizado ni Fratini ha rectificado. “Si piensan que la Iglesia es franquista, se equivocan“, ha dicho el ya exnuncio. Técnicamente es difícil ser hoy franquista, cuando Franco lleva más de cuatro décadas muerto. En todo caso, se puede ser nostálgico o neofranquista. Pero sí fue franquista. Vaya que si lo fue. Más que franquista, la Iglesia fue consustancial al Estado franquista, al que le suministró su caudal ideológico fundamental, que resultó en el nacionalcatolicismo. También le dio cobertura diplomática y moral. Y le mantuvo el apoyo hasta el final (aunque no puedan negarse corrientes reformistas y hasta rupturistas en el seno de la Iglesia, sobre todo en la recta final de la dictadura).
Complicidad con el franquismo