La Consejería de Cultura de Asturias ha invertido 3,4 millones desde 1983 en los ocho edificios más relevantes, mientras que el Gobierno central ha inyectado ingentes fondos y aportado ayuda técnica desde hace, al menos, doscientos años.

Santa María del Naranco / WIKIPEDIA
A. Moreno, Público, 28 de marzo de 2020
Todo el arte prerrománico asturiano, inmatriculado de forma unilateral por la Iglesia católica, ha recibido la tutela patrimonial del Estado y una inversión multimillonaria constante desde, como mínimo, principios del siglo XIX. Fue la Comisión de Monumentos de Oviedo, creada en 1844 para gestionar los bienes desamortizados, quien protegió y documentó el valioso patrimonio prerrománico, en avanzado estado de ruina por entonces.
Así lo constata el Libro Blanco del Arte Prerrománico de Asturias, editado por el Gobierno autonómico el pasado año. “Los bienes del prerrománico han sido objeto de atención preferente de las administraciones desde, al menos, la creación de las comisiones provinciales”, señala el documento. La primera restauración acreditada se produjo en 1846 en San Miguel de Lillo bajo las directrices del académico ilustrado José Caveda y Nava.
Algunos de los edificios más relevantes fueron catalogados en el inventario de los Monumentos Arquitectónicos de España (1852-1881), el colosal proyecto impulsado por la Real Academia de Bellas Artes y patrocinado por el Ministerio de Fomento. Santa Cristina de Lena, San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco, la Cámara Santa, San Salvador de Valdediós y San Salvador de Priesca fueron estudiadas metódicamente en 1877 por el erudito José Amador de los Ríos en aquel registro oficial del Estado.
La acción más decisiva de protección, no obstante, fue la declaración de Monumento Nacional desde 1885 de todos ellos. La orden emitida por el Gobierno, previo informe de la Real Academia de la Historia, ponía los edificios “bajo la inspección de la Comisión de Monumentos de Oviedo” y alertaba de forma taxativa sobre su crítica situación: “…la declaración de Monumento Nacional como único medio de salvar a la ermita del deplorable estado en que se halla”. Se refiere, en este caso, a Santa Cristina de Lena. Los monumentos de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco también recibieron la máxima figura de protección estatal ese mismo año. Lee el resto de esta entrada »