6 de diciembre de 1978: Los obispos del NO.

La iglesia española ante la Constitución de 1978

8 de diciembre de 2019

Fuentes:
Los obispos del “NO”: La iglesia española ante la Constitución de 1978,  Carlos Nieto Sánchez,  Universidad Complutense de Madrid (Dialnet)
6 de Diciembre de 1978, cuando la Iglesia pedía votar NO a la Constitución, El Correo de Madrid

Desde la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, la Conferencia Episcopal Española, reunida en Asamblea Plenaria o bien su Comisión Permanente, publicó una ingente cantidad de documentos relacionados directamente con la nueva situación política.

Con los trabajos constitucionales preparatorios ya en marcha, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal publicó una nota en la que afirmaban que ante el proyecto de Constitución, que configuraría la vida de la sociedad, los creyentes que participaran en su realización y quienes pudieran influir en ellos, habían de hacer:

(…) cuanto estuviera en su mano para conseguir un texto que favorezca los derechos integrales de la persona, entre los que cuenta la libertad para dar a Dios el culto debido según su propia conciencia, la defensa de la vida humana, de la familia, del derecho de los padres a la educación de sus hijos, de la práctica y justa convivencia de todos los ciudadanos

aunque no se hacía, entonces, ninguna referencia a la orientación práctica del voto.

El primero de los obispos en manifestarse claramente en contra sería el obispo de Cuenca, uno de los dos prelados designados por Franco como procurador en Cortes, José Guerra Campos, y junto a él el cardenal Marcelo González Martín, arzobispo de Toledo.

Marcelo González Martín era identificado con sectores conservadores y afines al régimen y estaba muy considerado en el entorno familiar de Franco y del ex presidente Carlos Arias Navarro. Tuvo durante los últimos años del franquismo una actividad intensa dentro de los resortes políticos del régimen y sería quien ofició el funeral de corpore insepulto de Franco en la plaza de Oriente de Madrid, el 23 de noviembre de 1975, presidido por los reyes.  Y si durante el periodo de transición se había mantenido al margen de la actividad política, con escasas intervenciones sobre la situación del país, ante el referéndum constitucional, pocos días antes de la consulta, en diciembre de 1978, publicó en el Boletín Oficial de la Archidiócesis de Toledo (Boletín Oficial del arzobispado de Toledo, 12 (diciembre, año CXXXIV), pp. 597-601), una  pastoral titulada Ante el referéndum sobre la Constitución, texto de claro contenido político.

González Martín justificaba su pastoral porque … numerosos fieles de nuestra Diócesis, sacerdotes y seglares, nos piden más luz, para ayudarles a formar su juicio. La petición corresponde a un derecho de los hijos de la Iglesia. Y está ciertamente fundada: porque advierten que en un examen del proyecto de Constitución a la luz de la concepción cristiana de la sociedad aparecen elementos negativos o, como dice la nota del Episcopado, “ambigüedades, omisiones, fórmulas peligrosas” ante las cuales se suscitan reservas lógicas desde la visión cristiana de la vida. Y en su examen del texto de la Constitución se detenía en cinco puntos:

1.-Omisión, real y no solo nominal, de toda referencia a Dios

Estimamos muy grave proponer una Constitución agnóstica –que se sitúa en una posición de neutralidad ante los valores cristianos- a una nación de bautizados, de cuya inmensa mayoría no consta que haya renunciado a su fe. No vemos cómo se concilia esto con el “deber moral de las sociedades para con la verdadera religión”, reafirmado por el Concilio Vaticano II en su declaración sobre libertad religiosa…

2.-La falta de referencia a los principios supremos de ley natural o divina.

…La orientación moral de las leyes y actos de gobierno queda a merced de los poderes públicos turnantes. Esto, combinado con las ambigüedades introducidas en el texto constitucional, puede convertirlo fácilmente, en manos de los sucesivos poderes públicos, en salvoconducto para agresiones legalizadas contra derechos inalienables del hombre, como lo demuestran los propósitos de algunas fuerzas parlamentarias en relación con la vida de las personas en edad prenatal y en relación con la enseñanza…

3.-Educación

…la Constitución no garantiza suficientemente la libertad de enseñanza y la igualdad de oportunidades. Somete la gestión de los centros a trabas que, según dice una experiencia mundial, puede favorecer a las tácticas marxistas. La orientación educativa de la juventud española caerá indebidamente en manos de las oligarquías de los partidos políticos.

Sobre todo, no se garantiza de verdad a los padres la formación religiosa y moral de sus hijos […] La Constitución no da garantías contra la pretensión de aquellos docentes que quieran proyectar sobre los alumnos su personal visión o falta de visión moral y religiosa, violando con una mal entendida libertad de cátedra el derecho inviolable de los padres y los educandos.

4.-No tutela los valores morales de la familia

La Constitución no tutela los valores morales de la familia, que por otra parte están siendo ya agredidos con la propaganda del divorcio, de los anticonceptivos y de la arbitrariedad sexual […] Se abre la puerta para que el matrimonio, indisoluble por derecho divino y natural, se vea atacado por la “peste” (Conc. Vat.) de una ley del divorcio, fábrica ingente de matrimonios rotos y de huérfanos con padre y madre…

5.- Aborto

En relación con el aborto, no se ha conseguido la claridad y la seguridad necesarias. No se vota explícitamente este “crimen abominable”. (Conc. Vat. II). La fórmula del artículo 15: “Todos tienen derecho a la vida”, supone, para su recta intelección, una concepción del hombre que diversos sectores parlamentarios no comparten. ¿Va a evitar esa fórmula que una mayoría parlamentaria quiera legalizar en su día el aborto? …

Fdo. † MARCELO GONZÁLEZ MARTÍN
Cardenal Arzobispo de Toledo

Estos era para el cardenal  los riesgos más notables a los que la Constitución podía abrir paso. Y por ello

(…) los que por razones de orden político se inclinen a un voto positivo consideren ante Dios si realmente hay mayores males que justifiquen la tolerancia de un supuesto mal menor, sin olvidar que no es lo mismo tolerar un mal, cuando no se ha podido impedir, que cooperar a implantarlo positivamente dándole vigor de ley.

El documento fue enviado a los sacerdotes diocesanos de Toledo el 28 de noviembre de 1978 acompañado de una carta en la que el cardenal invitaba a los presbíteros a leerlo durante las misas.

Al cardenal González Martín y los sacerdotes toledanos se unieron siete obispos que reprodujeron en sus boletines diocesanos la instrucción pastoral del cardenal , concretamente el arzobispo de Burgos, Segundo García de Sierra y los obispos de Ciudad Rodrigo, Demetrio Manislla; Sigüenza Guadalajara, Laureano Castán; monseñor Tremiño, obispo de Orense; el obispo de Orihuela-Alicante, Pablo Barrachina y los obispos de Tenerife, Luis Franco y Vitoria, Francisco Peralta.

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