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Antonio Gómez Movellán, Observatorio del Laicismo, 20 de septiembre de 2022
El aparente intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner ha sacado a la luz una historia de realismo social del lumpen de la ciudad de Buenos Aires que deja atrás cualquier serie de netflix o cualquier novela de Manuel Puig y todo ello en un contexto socioeconómico de un país que va a la deriva con 60% de inflación en lo que va de año y con el 40% de la población pobre.
Cristina Fernández de Kirchner o, en el extravagante acrónimo que se ha popularizado, CFK, se ha erigido en la vida política Argentina en una especie de Evita 2.0 , aunque con un escaso 20% de popularidad; dos veces presidenta, tras la muerte de su difunto marido, se erige a sí misma como la defensora de los pobres y desarrapados; en verdad Cristina es una política que viene de lo más turbio del peronismo; hoy clama por los derechos humanos aunque durante la dictadura mantuvo, junto a su marido, una perfil discreto en un bufete de abogados y como líderes políticos crecieron, ambos, a la sombre del menemismo provinciano o lo que es lo mismo, del ala más corrupta del peronismo, aunque después se despegaran de sus mentores.
Los casos de corrupción en los que ha estado envuelta, ella y su marido, fueron muchos; un episodio de los más sonados fue el de su Ministro de obras públicas , José López ,que en el año 2016 ,fue detenido por la Policía Federal por lavado de dinero ya que fue cogido infraganti introduciendo bolsas con millones de dólares, armas y joyas en un Convento de monjas y donde se sospechaba que otros altos funcionarios kirchneristas también utilizaban el convento para ocultar y lavar dinero (entre paréntesis digamos que el ocultamiento de dinero negro en conventos no es cosa de Argentina sino que pasa en todo el mundo y también en nuestro país ); en la actualidad CFK está acusada por un caso de corrupción en el que el fiscal pide 12 años de prisión e inhabilitación perpetua ;fiscal que , sorprendentemente, fue amenazado, en televisión, nada más y nada menos que por el presidente de la Republica, Alberto Fernández, quien sugirió que tuviera cuidado ya que le pudiera ocurrir lo que ocurrió al fiscal Nisman-un fiscal argentino que fue “suicidado” cuando tenía inculpado a Carlos Menen como encubridor del mayor atentado terrorista de Argentina- . CFK acusa a la derecha de lawfare contra ella. Hay un cierto izquierdismo europeo que ha tenido idealizada la autoproclamada izquierda latinoamericana del siglo XXI sin percibir que una gran parte de esa susodicha izquierda del siglo XXI provenía, en verdad, de la derecha del siglo XX, como es el caso de los Kirchner. Lula es diferente ya que, en efecto, Lula provenía de la izquierda del siglo XX, pero el Lula de hoy ya no es el de los años ochenta y más bien se asemeja a un centro izquierda en cuanto a los intereses que representa. Indudablemente estas corrientes políticas, tan heterogéneas, brillan cuasi como izquierdas revolucionarias frente a una nueva derecha latinoamericana de clara inspiración neotrumpista que, con un gran arraigo social entre las clases medias, se proyectan, al conjunto de la sociedad, muchas veces apoyadas por la iglesia católica y las corrientes evangélicas.
Ante el supuesto lawfare contra CFK, ésta hace aparecer el atentado como producto de los discursos de odio que la derecha política y mediática propagan y les acusa de ser los que verdaderamente han intentado apretar el gatillo de esa pistola anticuada y en desuso. En verdad el supuesto atentado solo podría, desde un punto de vista político, beneficiar a CFK que está en un gobierno totalmente desprestigiado y bajo mira judicial, presentándose a sí misma como una mujer acosada por los grandes poderes y rodeada de ministros incapaces y un presidente inservible. Para más aspavientos el gobierno decretó día feriado el día siguiente al atentado para intentar organizar manifestaciones de desagravio a CFK.
El atentado tiene poca credibilidad en cuanto a su autoría y el 70% de los argentinos consultados piensa que ha sido un montaje y no se creen que sea producto de la locura sin sentido de unos jóvenes lumpen de Buenos Aires, vendedores ambulantes de algodones de azúcar (“la banda de los copitos” los ha denominado la imaginación popular). La investigación judicial ha echado andar y suponemos que toda ella se perderá en capas tras capas que no conduzcan a nada máxime cuando en los atentados de verdad, como el de los trenes de Atocha de Madrid o el de las ramblas de Barcelona, nunca se llega a desvelar el revés de la trama.
Pero en este extraño atentado hay una pista que nos puede llevar a la resolución del problema: CFK ha acudido a la Virgen para agradecer el milagro producido. A CFK, podríamos decir, se le ha venido aparecer la Virgen y sabemos que todas las apariciones son falsas, que los relatos infantiles de Fátima, Lourdes o San Sebastián de Garabandal son cuentos inventados por niños y casi siempre inspirados por el rumor del sacerdote. Cuando Cristina ordenó al presidente Alberto Fernández la organización de una gran Misa en favor de su propia vida en la basílica de Luján, patrona católica de Argentina, asistieron los ministros, el presidente y la plana mayor de los cuadros peronistas pero ningún miembro de la oposición. Simultáneamente a la celebración de esta Misa, en Washington ,el flamante nuevo Ministro de Economía y finanzas del Gobierno de Argentina ,el ultra liberal Sergio Massa una especie de Chicago Boys peronista suscribía el nuevo préstamo de endeudamiento del país ante el Fondo Monetario internacional por valor de 45 mil millones de dólares, un préstamo sobre otros préstamo y por el cual la Administración Kirchnerista se compromete a realizar fuertes recortes sociales y reducir drásticamente el déficit público y además , fuera del capítulo, grandes beneficios para las multinacionales explotadoras de recursos energéticos y primarios del país; , y como si se hubiera operado el milagro, Macri, el líder de facto de la oposición, ha saludado fervientemente este nuevo crédito del FMI que al menos, de momento, ha salvado a la Nación y a sus muchos negocios .
Quizás la extraña banda de los copitos, Brenda, Carrizo, Nando, Agustina y un número indeterminado de jóvenes del lumpen de Buenos Aires no sean lo verdugos sino las víctimas sacrificadas ante las obligaciones contraídas en el Fondo Monetario Internacional, sea quien sea que les haya ordenado apretar un gatillo de una pistola estropeada en una república oligárquica y decrépita y que se encomienda hoy, como hace CFK, a la Virgen de Luján y al FMI.
