La promesa ha tenido lugar un día después de ser reelegido, tras conseguir en el Congreso el respaldo de 179 diputados, mayoría absoluta.

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Fuentes: InfoLibre / Religión Digital (Jesús Bastante), 17 de noviembre de 2023
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido este viernes su cargo ante el Rey Felipe VI en una ceremonia celebrada en el Palacio de la Zarzuela. “Prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros y de Ministras“, ha expresado Sánchez con la mano derecha puesta sobre un ejemplar de la Constitución.
En el acto solemne de promesa ha ejercido la titular del Ministerio de Justicia, Pilar Llop, como notaria mayor del Reino y han participado también otras autoridades como el presiente del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte; el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y los presidentes del Congreso y del Senado, Francina Armengol y Pedro Rollán, respectivamente.
También esta vez, como pasó en junio de 2018 y en enero de 2020, el líder del PSOE ha prometido el cargo sin presencia de símbolos religiosos, ni crucifijo ni Biblia. Con la llegada de Felipe VI a la Jefatura del Estado, la Casa Real cambió el protocolo y fue el propio Sánchez el primero en estrenarlo en 2018.
La promesa ha tenido lugar un día después de ser reelegido, tras conseguir en el Congreso el respaldo de 179 diputados, mayoría absoluta. Para ser investido, Sánchez recibió el apoyo del 51% del Congreso: los 121 diputados del PSOE, los 31 de Sumar, los siete de ERC, los siete de Junts, los seis de Bildu, los cinco del PNV, el del BNG y la de Coalición Canaria. En contra votaron los otros 171 diputados del Congreso, que son los 137 del PP, los 33 de Vox y el de UPN.
Los obispos felicitan a Pedro Sánchez mientras Jesús Sanz le acusa de “poner en riesgo la democracia”
Entre las felicitaciones recibidas por su investidura está la de la Conferencia Episcopal Española que ha remitido el tradicional telegrama de felicitación al renovado inquilino de Moncloa. En el mismo, firmado por el presidente de la CEE, Juan José Omella, y el secretario general, César García Magán, el episcopado traslada a Sánchez “nuestro deseo de un tiempo de servicio leal, generoso y constante al bien de todos los españoles”, al tiempo que “le anticipamos que, como hemos hecho siempre, en la obtención del bien común de nuestra sociedad, podremos caminar juntos, cada uno según las obligaciones y los compromisos que tenemos como servidores del pueblo español”.
No habrá, sin embargo, señala RD, valoración oficial de lo sucedido en los últimos días hasta el lunes, cuando el cardenal Omella pronuncie su discurso en la Asamblea Plenaria que, a buen seguro, también emitirá una nota acerca de la amnistía y la violencia ultra en las calles de Ferraz. Una Plenaria, por cierto, en la que los obispos conocerán el resumen ejecutivo de la auditoría llevada a cabo por Cremades, y debatirán sobre la inédita visita del pleno episcopal al Papa el próximo 28 de noviembre.

Mientras tanto, Jesús Sanz sigue a lo suyo y, en una inusitada Tercera en ABC, denuncia el “modo corrosivo y destructor de plantear la gobernanza de España” por parte de Sánchez, y defendiendo a los que, en algunos casos de forma violenta, acusa “como traidores a quienes pretenden formar gobierno desde programas políticos contradichos y burlados por otros intereses espurios que terminan siendo bastardos”.
Para Sanz, esa “inesperada expresión popular” se ha tratado de “boicotear falseando cifras de participación e introduciendo grupos desestabilizadores extremistas cuyas matrices encienden sospechas de una encubierta manipulación”. Para el arzobispo de Oviedo, “cuando la sociedad toma la calle para decirlo en voz alta, cuando asociaciones de jueces y de fiscales, de colegios profesionales, asociaciones y despachos de abogados, colectivos de funcionarios con sus sindicatos, patronales empresariales, asociaciones de diplomáticos, como también asociaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, colectivos de periodistas… cuando se da todo este movimiento social de amplio espectro y diversificada responsabilidad, estamos ante algo que preocupa y duele, y que no consiente mirar para otro lado pasivamente.
“¿Y la Iglesia?”, se pregunta Sanz. “¿No va a decir nada? ¿Por qué calla y está como ausente?“. Al menos, él (y otros prelados de nítido carácter conservador) no lo hay hecho. Así, Sanz realiza un recorrido por los documentos en los que los obispos mostraron “una palabra orientadora (…) como denunciadora de riesgos que rompen la historia y la avenencia o pacificadora ante conflictos que tensan y crispan poniendo en jaque la convivencia”, desde 1972 a 2022….
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