¿Quién manda aquí?

octubre 10, 2019

Los Acuerdos existen y ofrecen una cierta verosimilitud a la posición del prior Cantera

Tumba de Franco en el Valle de los Caídos.

Tumba de Franco en el Valle de los Caídos / SAMUEL SANCHEZ

Juan G. Bedoya, El País, 11 de octubre de 2019

Cuando Franco se vio forzado a abrir una cárcel en Zamora solo para curas, el ministro de Gobernación, Camilo Alonso Vega, planteó si no era el momento de romper con el Estado vaticano y tratar a la Iglesia católica como una simple religión. “Camilo, no te metas con los curas, que la carne de cura indigesta”, dicen que dijo el dictador a su jefe de policía. Corría el año 1969 y Franco llevaba tiempo irritado con los papas Juan XXIII y Pablo VI, y con el mismísimo Concilio Vaticano II, por su alejamiento del nacionalcatolicismo que tanto mimo y dinero había puesto en proteger. Tampoco el Vaticano se decía contento. Pero los dos estados estaban atados (y bien atados) por el Concordato firmado en Roma en 1953 y publicado en el BOE con este encabezamiento: “En el nombre de la Santísima Trinidad”.