Sobre la asistencia a la misa en Covadonga de Adrián Barbón (y sobre la posición de PSOE gijonés a favor de la continuidad de las corridas de toros en El Bibio), escribe Alejandro Ortea
Alejandro Ortea, La Nueva España, 16 de septiembre de 2019
¿A qué va el presidente astur a la basílica de Covadonga? Probablemente a que, en el uso de su libertad de expresión y el hallarse en casa propia, fray Jesús, el arzobispo le proporcione unas obleas dialécticas. ¡Qué manía la de figurar. Qué aldeanismo mal entendido el que una autoridad civil se meta a figurar en funciones religiosas a no ser que sean acontecimientos de Estado.
Le está bien empleado y, al contestarle pocas horas después en Cabrales, demuestra que los golpes llegaron allí donde debían hacerlo. Debería servirle de lección y no remontarse a los tiempos del período preautonómico en los que el presidente provisional, Rafael Fernández, acudió más bien llevado por su buena relación con el entonces arzobispo Díaz Merchán.
El ordinario que le sucedió, con sus buenas maneras sociales fue siempre prudente en sus parlamentos, como siempre, por algo Carlos Osoro llegó a cardenal. Cierto que otros presidentes regionales siguieron acudiendo a Covadonga para hacer su paripé, pero ya estuvo bien de bailarles el agua a quienes han demostrado suficientemente no respetar a todos los ciudadanos y no siquiera suficientemente a los de su grey. Bien estaría que el ocupante de Suárez de la Riva diera por una vez cierto toque de firmeza y el año próximo se abstuviera de misas y procesiones.
En esta pizpireta villa marinera, la primera autoridad municipal ya ha iniciado un buen camino en este sentido y, oh sorpresa, no ha pasado nada y la vida sigue igual…
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