Dignidad y memoria, Vicente García Riestra: el número 42.553 de Buchenwald

«Hay que luchar por mantener las libertades siempre. Cuando se atacan se ponen en peligro nuestros derechos y los de todos los demás», Vicente García Riestra en su charla con estudiantes de los IES Montevil y Feijoo, en Gijón.

Vicente García Riestra con Fernando Padilla, Genaro Alonso y Xuan Santori, autor del ensayo

13 de junio de 2018

“Vosotros nun lo sabéis. Nun lo podéis nin imaxinar. Agora conocéis lo que pasó, lo que diba venir y que´había un final, pero nosotros nun sabíamos nada. Nun sabíamos si acaso viviríemos al otru día”, son las palabras de Vincent García Riestra, asturiano deportado al campo de concentración de Buchenwald el 24 de  enero de 1944, en cuya peripecia vital se basa el ensayo de Xuan Santori 42.553. Después de Buchenwald, premio “Máximo Fuertes Acevedo” 2017.

Esas mismas palabras las repetiría Vicente García Riestra en el acto de presentación del libro (ayer, 12 de junio) en el Museo Arequológico de Oviedo. Y es que una de sus preocupaciones, que lo lleva a impartir charlas a estudiantes, es precisamente “que los alumnos, los jóvenes, aprendan lo que hemos sufrido, no por explicar nuestra vida, sino para que hagan todo lo posible para no vivir lo que nosotros hemos vivido”.

Vicente García Riestra, (Pola de Siero, 1925), un antifascista asturiano de 93 años, último superviviente español del campo de concentración de Buchenwald, volvía a Asturias para la presentación del ensayo, para visitar la fosa común de Oviedo donde están los restos de su padre y el cementerio de Noreña donde fue fusilado uno de sus hermanos y también para tener contactos con alumnado de los institutos Montevil y Feijoo en Gijon, tal y como viene haciendo en Francia, su patria de adopción.

El nombre, Vincent, con el que se le nombra en el libro y con el que Santori lo nombraba en su intervención no es casual. Vicente García Riestra señalaría cómo, una vez liberado el campo e concentración, mientras el resto de prisioneros eran reclamados por sus respectivos países, los “apátridas” españoles , merced al decreto de Serrano Súñer,  quedaban en el “limbo” sin nacionalidad alguna. En el caso de Vincent García fue Francia la nación que le dio nacionalidad, lo acogió, le concedió la Legión de Honor y dio nombre a una calle. (Al final del acto en el Museo Arqueológico, Xuan Santori anunciaría que la petición al Ayuntamiento de Oviedo para que en esa ciudad una calle o plaza tuviera su nombre había sido aceptada).

Recibido con música a cargo de la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, (el autor del ensayo recordaría  que  así, con música, había sido recibido en Périgueux, en la Dordoña francesa, tras su liberación del campo de concentración), en una sala llena, casi con más gente de pie que sentada, llegó Vincent García entre aplausos y con un largo aplauso, y la gente en pie, (la música le esperaría a la salida, del Museo), se le rendiría el homenaje que durante todos estos años le fue negado por un país que aún no le reconoce la nacionalidad.

93 años de memoria y dignidad.

En imágenes

Vídeos

Vídeo de Alberto Vázquez

En prensa RTPA

El ‘guaje’ del pijama de rayas tendrá una calle en Oviedo, El Comercio (13 de junio de 2018)

El apátrida Vicent: “España nunca me ha defendido”, Atlántica XXII (13 de junio de 2018)

Un ensayo en asturiano sobre la dura vida de un superviviente, La Nueva España (13 de junio de 2018)

El abuelo asturiano del pijama de rayas, La Nueva España (13 de junio de 2018)

“Lo que he vivido no quiero que nadie lo vuelva a vivir”, dice Vicente García Riestra, 20 minutos (12 de junio de 2018)

«Ningún gobierno nos devolvió en democracia la nacionalidad que nos robó el fascismo», El Comercio (12 de junio de 2018)

El último español de Buchenwald presenta el ensayo premiado basado en su vida, RTPA (12 de junio de 2018)

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