Los obispos apuntan a 728 abusadores, de los que la mitad son clérigos y contabiliza 927 víctimas de abusos sexuales a menores desde los años 40 del pasado siglo hasta finales del 2022

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Jesús Bastante, Religión Digital / Público / El País, 2 de mayo de 2023
‘Para dar luz’ es el título del primer informe sobre pederastia elaborado por la Iglesia española, que recoge los datos de todas las doscientas oficinas de abusos de diócesis, congregaciones e instituciones católicas. Con datos esclarecedores, pero que se quedan muy lejos de los ofrecidos por las investigaciones periodísticas, o las mismas prospecciones del futuro ‘informe Cremades’: 927 víctimas que han presentado testimonios sobre 728 abusadores en el ámbito de la Iglesia católica.
La Conferencia Episcopal suma en este nuevo informe de su investigación 221 casos más con respecto a las cifras ofrecidas el pasado mes de marzo. La auditoría externa contabiliza varios miles de víctimas. Sin embargo, son cuatro veces menos de los más de cuatro mil casos que, sólo como prospección, estima la auditoría encargada por la Conferencia Episcopal a Cremades&Calvo Sotelo, y que sigue sin tener fecha de entrega y a la contabilidad que lleva El País a falta de una oficial: 966 casos y 1.957 víctimas.. 9 diócesis y 69 congregaciones religiosas se negaron a aportar datos, aunque la CEE no quiso aclarar cuáles.
Son datos que este jueves ha presentado la Conferencia Episcopal (CEE) en la jornada Protección de menores: seguimos caminando, a la que han asistido alrededor de 120 personas que intervienen en la investigación y persecución de esos abusos dentro del ámbito canónico.
Estos últimos datos anunciados por los obispos están incorporados en uno de los seis volúmenes que el presidente de la CEE, el cardenal Juan José Omella, y César Magán le entregaron al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, a finales de marzo.

La jerarquía católica aduce que la investigación está elaborada a partir de los testimonios que se han recogido en las 220 oficinas diocesanas. «Miembros de esta Iglesia han dañado a miembros de la Iglesia y de la sociedad, en su vulnerabilidad e inocencia más absoluta. Sentimos dolor y vergüenza», admitió García Magán.
Más de la mitad, sacerdotes
Entre los abusadores, más de la mitad (el 52%, 378), son sacerdotes, aunque los agresores también son religiosos o religiosas -no ordenados- (208), y 92 laicos. También hay 23 testimonios en los que el denunciante no supo la condición eclesial del agresor, o se trataba de un diácono.
Dos de cada tres abusadores han fallecido, aunque un 36,4%, más de trescientos, están vivos. Y no han sido juzgados. En relación a la fecha en la que se cometieron los abusos, ordenados por décadas, se presenta que más del 80 % de los casos se produjeron en el siglo XX, y el 75% antes de 1990. Así, hubo 2 casos anteriores a 1950; 40 en la década de los 50; 137, en los 60; 172, en los 70; 127, en la década de los ochenta; 45 entre 1990 y 2000; y 114 en este siglo (20 en la primera década, 60 en la segunda, y 34 en estos últimos dos años y medio). 91 casos de abusos están sin datar.
Gráfico: El Diario:
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De los 728 abusadores, el 99% son hombres, aunque entre las víctimas hay un 17,38% son mujeres y un 82% de hombres
Contexto
Con respecto al contexto en el que se produjeron, casi el 47% de los abusos acontecieron en el ámbito escolar (colegios, institutos, aulas, patio escolar, vestuario, gimnasios); un 15,79% en el ámbito parroquial (parroquia, iglesia, rectoral, centros parroquiales) y un 14,57% en seminarios, internados o escolanías.
También hay un 7,28% de casos producido en el transcurso de actividades de tiempo libre y de ocio, como excursiones, acampadas y peregrinaciones. Por lo demás, un 15,4% de casos se registró en otros espacios como domicilios familiares, casas religiosas o automóviles.
Dimensión pastoral, no judicial
Las oficinas “tienen una dimensión pastoral, no judicial”, aclara la CEE, que insiste en que “pueden acoger todos los testimonios: no hay prescripción porque la condición de víctima no prescribe”. “Un testimonio siempre es relevante, aunque date de muchas décadas atrás, aunque se refiera a alguien que ya ha fallecido”, señalan los obispos. Otra cosa, bien distinta, es la prescripción penal de los abusadores. Y es que el dolor nunca puede prescribir.
“Lo importante es que cualquier víctima de abusos sexuales cometidos en la Iglesia sepa que hay un lugar en el que se le quiere conocer. Un lugar que existe porque la Iglesia reconoce el daño causado y porque la Iglesia quiere ayudar a todas las víctimas en su acogida, en su acompañamiento, en su sanación y en su reparación. Y porque la Iglesia quiere que no pueda vuelva a pasar”, concluye el informe. “El objetivo es evitar que los abusos puedan volver a producirse y para que los espacios eclesiales sean espacios seguros para los menores en los que puedan crecer en sus conocimientos, en sus cualidades humanas y en su dimensión espiritual”.
Video-Resumen de datos ofrecidos en la presentación del informe que ofrece El País
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Como es habitual, la Iglesia no ha informado sobre el número de indemnizaciones que ha pagado a las víctimas ni de los procesos de reparación que pondrán en marcha tras recibir estos centenares de denuncias. Las compensaciones económicas son una de las claves del escándalo, en países como EEUU las diócesis han pagado sumas cuantiosas que han llevado al algunos obispados a la bancarrota. Según un cálculo de EL PAÍS de las pocas sentencias conocidas, han sido ya al menos dos millones de euros, con una media de 12.000, pero cantidades máximas de 50.000. Este periódico ha revelado que los jesuitas han desembolsado hasta 72.000 euros y los maristas, 35.000. Pero todo sigue oculto y es una lotería, no hay ningún criterio de referencia. Otro asunto del que no han hecho mención ha sido las acusaciones contra los obispos que encubrieron, silenciaron o taparon casos de pederastia en sus diócesis. La contabilidad de El País señala a más de 40, algunos siguen vivos y ocupan altos cargos dentro de la CEE.
Informe “Para dar luz” / Enlace en PDF
Vídeo presentación del Informe
Conferencia Episcopal española
El informe “Para dar luz” presentado en público esta mañana por el Secretario general de la CEE, Francisco César García Magán y el director de la oficina de información de la CEE, José Gabriel Vera, se articula en siete volúmenes y tiene una parte documental y otra informativa, que se va actualizando constantemente.
La parte documental es la más voluminosa, pues recoge todos los protocolos que se han redactado en los tres últimos años por las instituciones eclesiales de ámbito nacional, congregaciones religiosas y diócesis.
La informativa compendia los casos conocidos a través de las Oficinas de Protección de menores hasta la fecha. Es la parte viva del informe, pues se irá actualizando según se vayan recabando nuevos datos.