Sin embargo, las referencias religiosas sí vuelven en las redes sociales y el mundo de la música, señalan en Religión Digital

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13 de agosto de 2023
El barómetro del CIS del mes de julio, en relación a las creencias en España, reflejaba que un 52,9% se declaraba católico (sólo un 19,2% practicante), mientras que un 43,5% se declaraba agnóstico (15,2%), indiferente, no creyente (12,1%) o ateo (16,2%).
Pero si nos centramos por edades, encontramos que sólo tres de cada diez jóvenes se declaran católicos: solo el 37% de menores de 25 años y el 31% de menores de 35
Y es precisamente en los jóvenes en los que se centra el análisis de Religión Digital tras la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa, para señalar que a pesar de estos datos de religiosidad entre la juventud, las referencias religiosas sí están presentes en las redes sociales y el mundo de la música.
¿Habrá efecto JMJ? Sólo tres de cada diez jóvenes españoles se declaran católicos, la mitad que hace diez años
Fuente: Religión Digital (RD/EFE)
Más de 77.000 jóvenes españoles acudieron el pasado fin de semana a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebradas en Lisboa, convirtiéndose en la nacionalidad con más participación en este evento, un dato que contrasta con las encuestas que muestran un marcado descenso del catolicismo en las nuevas generaciones.
Según el barómetro de julio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), solo el 37 por ciento de los menores de 25 años y el 31 por ciento de los menores de 35 se declara católico.
Hace diez años, en 2013, este porcentaje ascendía hasta el 45 por ciento para los menores de 25 y hasta el 59 por ciento para los de menos de 35. Hace veinte, esos porcentajes se situaban en torno al 66 y 70 por ciento, respectivamente.
No obstante, la religión -o las referencias religiosas- están a la orden del día, especialmente en redes como Tik Tok o Instagram, donde en los últimos meses se han viralizado fenómenos como el grupo de música católico Hakuna, que cuenta con más de 215.000 oyentes en Spotify y que ha colgado el cartel de aforo completo en espacios como el Palacio Vistalegre de Madrid.
También fue uno de los grupos invitados a actuar en la JMJ de Lisboa, otro fenómeno viral que se ha podido seguir casi al completo por redes sociales y durante el que, incluso, se organizó un festival de “influencers” católicos: el Primer Encuentro Mundial de Evangelizadores y Misioneros Digitales.
En Instagram, los “influencers” que promueven los valores católicos congregan millones de seguidores. Es el caso de María G. de Jaime y Tomás Páramo (936.000 seguidores entre los dos), que tras tener a su primer hijo con 19 años han abanderado la lucha contra el aborto.
Otras como María Pombo (3,1 millones de seguidores), Rocío Osorno (1,5 millones) o Teresa Andrés (732.000) también hacen gala de su sentimiento religioso. Se unen a ellas caras conocidas como la marquesa de Griñón, Tamara Falcó (1,5 millones), que sopesó incluso ordenarse monja y que mostró abiertamente su fe durante su paso por el concurso Masterchef Celebrity, que acabó ganando.
En abril, unas 60.000 personas asistieron a un concierto organizado por la Asociación Católica de Propagandistas en la plaza de Cibeles de Madrid, frente al Ayuntamiento, en el que participaron artistas como Carlos Baute y Andy & Lucas, entre otros, para “celebrar la Resurrección y visibilizar la fe”.

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Recuperando el imaginario y los valores de antaño
Siloé, una de las bandas destacadas del “indie” nacional que este mismo fin de semana actuó en el festival Sonorama, utiliza símbolos católicos en sus portadas y videoclips y tiñe buena parte de sus letras de preocupaciones y referencias religiosas.
“La religión y la espiritualidad son temas que nos interesan a todos, pero muchas veces se consideran un poco tabú porque no disponemos del tiempo suficiente para poder hablar de ellos, algo que sí permite la música”, explicaba su líder, Fito Robles, en una entrevista con EFE.
Por otro lado, y sin ninguna pretensión evangelizadora, numerosos artistas han recuperado el imaginario y las referencias religiosas: desde las letras de artistas como Rosalía -“segundo es chingarte, lo primero Dios”, canta en “Hentai”- o Rigoberta Bandini y su “Que Cristo baje a enseñarme a rezar”, hasta el imaginario católico en los videoclips de artistas como C. Tangana y su “Ateo”.
Tradiciones machistas
Fenómenos minoritarios que no tienen reflejo en los valores de los más jóvenes, según las estadísticas. Solo el 1,8 por ciento de los menores de 25 años (y apenas el 5 por ciento de los menores de 35) se muestran de acuerdo con que el papel de las mujeres sea “cuidar de la casa y de la familia”, según el estudio monográfico sobre religión realizado por el CIS en 2017.
Asimismo, más del 50 por ciento de estos jóvenes consideran que la Iglesia y las organizaciones religiosas tienen demasiado poder en España.
El refugio en la religión o en los valores tradicionales es, según el filósofo Pau Luque, una manera de “racionalizar” la incertidumbre que arroja el mundo actual a los jóvenes, que, a su parecer, idealizan el pasado y la estabilidad de las vidas de las generaciones anteriores.
“No hay manera de restaurar la aparente estabilidad que nos daba el pasado sin quitar derechos a algunas personas, porque esa estabilidad provenía, en parte, de que ciertos grupos no contaban con ellos”, explica a EFE Luque.