PROTEGIDO POR LAS LEYES EDUCATIVAS, EL PAPEL DE LAS ENTIDADES RELIGIOSAS ES MUY RELEVANTE EN EL SISTEMA EDUCATIVO. ESTE TRATO DE FAVOR GENERA ENORMES BENEFICIOS PARA LA IGLESIA Y LE CONCEDE UN GRAN PROTAGONISMO IDEOLÓGICO
Francisco Delgado, Observatorio del Laicismo, 9 de mayo de 2016
Desde principios del siglo XIX que, más o menos, surgen los Sistemas Educativos, han supuesto un suculento negocio económico, pero sobre todo ideológico para la Iglesia católica apostólica y romana española.
Los Sistemas Educativos que surgen de forma muy diversa y desigual, como consecuencia de los aires que trajo la Revolución francesa se orientaban, inicialmente, hacia un modelo deinstrucción pública universal y laica, como referente del pensamiento ilustrado y republicano. Pensamiento contra el que siempre luchó la Iglesia católica y otras confesiones y aun más en España, por circunstancias históricas sobradamente conocidas.
En paralelo, el nacimiento de los Sistemas educativos, surgieron como consecuencia de las necesidades prácticas de la Revolución industrial y del emergente capitalismo moderno, en parte de raíces religiosas (La Reforma)
Por ello la Enseñanza oficial ha estado vinculada -casi siempre- a nivel internacional al control ideológico de los poderes establecidos en cada situación y lugar, ya fueran político-ideológicos, económicos, étnicos y/o religiosos.
Tras el Tratado de Lisboa (2009) y aun antes, los Sistemas educativos europeos, en general, están sufriendo, desde la enseñanza temprana, hasta la Universidad, los envites del mercado y ello hace que incluso sistemas educativos muy sólidos se estén tambaleando, al introducir en la Enseñanza obligatoria y no obligatoria las claves de la Empresa (negocio, rendimiento y productividad), tratando de considerar al alumnado (y a sus familias) como usuarios o clientela. Generando, con ello, mayor desigualdad social y de conocimiento.
Por ello, además, el (históricamente) muy débil y desvencijado “Sistema educativo español” sufre ataques muy letales. Los propios endémicos, como la politización partidaria, su inestabilidad, la confesionalidad, presiones corporativas, falta de inversión, débil evaluación, desjuntes en sus funciones, etc. y, ahora, además, los objetivos de mercantilización que corroen todos los sistemas educativos a nivel mundial. A ello hay que sumar la revolución tecnológica de la comunicación e información que lo invade todo y evoluciona de forma my rápida, sin que la Escuela y la Universidad se adapten con tanta velocidad y cambios a esta nueva situación.